Las restricciones derivadas de la pandemia por COVID-19, tales como filtros sanitarios, cierre de fronteras y pérdida de empleos, llevó a reducir la llegada de migrantes al país casi 54 por ciento.
De enero a noviembre de 2020, se registraron 80 mil 926 casos de extranjeros presentados ante alguna autoridad migratoria, esto es, 53.98 por ciento menos que el mismo periodo de 2019, cuando hubo 175 mil 877 casos.
Aunque la tendencia a la baja se anticipaba por los altos costos de traslado y el aumento en el riesgo a la salud, la crisis ocasionada por el crimen organizado que permea en Honduras hizo que su población se mantuviera como la de más ingresos al territorio mexicano, con 36 mil 418 casos, seguidos de los guatemaltecos, con 29 mil 308.
De acuerdo con las estadísticas migratorias de la Secretaría de Gobernación, Chiapas fue el estado donde más repatriaciones hubo, al contabilizar 28 mil 642 de los registros, seguido de Tamaulipas, con 14 mil 989 casos.
Lo anterior, porque los migrantes buscan instalarse donde puedan ejercer la agricultura, señaló Julio Armendáriz, colaborador en Abogados Migratorios de México.
El especialista, quien ha trabajado en el acompañamiento de estos casos, señaló que la disminución de migrantes es una tendencia que se veía venir, pues, históricamente, se ha revelado que el aumento en el desempleo lleva a una reducción de las corrientes migratorias totales a corto plazo, parte de ello, por el aumento en los costos que manejan los contrabandistas para cruzar, aunque a largo plazo aumentan.
“La recesión económica que resulta de una crisis financiera da lugar a una reducción de las corrientes migratorias a corto plazo, mismas que aumentan significativamente con el paso del tiempo, por la falta de oportunidades y crecimiento”, señaló.
Alertó que en los próximos años van a llegar más caravanas, por lo que se debe estar pendiente de las políticas al respecto.
Por Frida Valencia