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QUE NADIE NOS OLVIDE

Vianca murió con la cara destrozada, dijeron que fue un asalto, pero fue un feminicidio...

A Vianca la mataron dentro de su propia casa, un miércoles 21 de febrero. A más de dos años de su muerte, los asesinos aún están libres

NACIONAL

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Vianca tenía 31 años.

Mami, soy fuerte, tu hija es fuerte.

Fue lo último que doña Vianca supo de su hija, porque a Vianca Moreno Labastida, quien llevaba el mismo nombre que su madre, la asesinaron el 21 de febrero de 2018; fue un feminicidio.

Con 31 años, Vianca era una mujer alegre que irradiaba luz. Bella por dentro y por fuera; deportista, todo el mundo la quería. Era una gran amiga, defensora de los animales, muy trabajadora, tenaz y sobresaliente, así la describe su madre.

Vianca Moreno era una chica muy estudiosa, había acabado su segunda carrera en Playa del Carmen, Quintana Roo, donde residiría hasta al día de su asesinato. Cursó la licenciatura en recursos humanos y la de administración de negocios; trabajaba medio tiempo en una tienda de ropa de una marca de lujo donde vestía un uniforme negro, aunque en realidad a ella le gustaba portar colores cálidos.

#QueNadieNosOlvide | Miguel apuu00f1alu00f3 a Areli durante una reuniu00f3n con amigos en su propia casa.

Posted by El Heraldo de Mu00e9xico on Thursday, July 23, 2020

Era una extraordinaria hija, la extraño mucho. Te puedo decir que era el amor de mi vida, mi única hija y yo nunca voy a tener ningún reclamo de como era ella porque era una excelente persona, una mujer extraordinaria”.

Doña Vianca recuerda que todos los días a las seis de la tarde, cuando ella salía de la oficina, hablaba por teléfono con su hija. Platicaban sobre el día que habían tenido y si necesitaba algo; la joven siempre al pendiente de su madre.

Un feminicidio disfrazado de asalto

A la señora Vianca le arrebataron a su hija la noche del 21 de febrero de 2018 y desde ese día no ha descansado para buscar justicia por su feminicidio.

El día en el que la joven murió, fue un miércoles que parecía como cualquier otro. Vianca acudió al gimnasio en la mañana para entrenar crossfit y después a trabajar. Saliendo, se reunió con una amiga para tomar café, su bebida favorita, y posteriormente se dirigió a su casa para alistarse porque en la noche cenaría con otra persona; pero nunca llegó.

Escucha aquí la historia de Vianca

Cuando mataron a Vianca, las autoridades dijeron que habían entrado a asaltar su casa, ubicada en la calle Tanú, esquina con Sauces 3, en el fraccionamiento Bosque Real en Playa del Carmen, y como parte del robo con violencia, la asesinaron. Decretaron que una rotura en el cráneo y nariz fueron las causas de su muerte.

Pero no, no fue un asalto, a Vianca la mataron intencionalmente, la intentaron estrangular y murió con la cara destrozada y desangrada.

Fu00e1tima sufriu00f3 cerca de 90 puu00f1aladas y piquetes en el abdomen, su madre la encontru00f3 bajo ramas, lodo, tierra y una llanta. #QueNadieNosOlvide

Posted by El Heraldo de Mu00e9xico on Thursday, December 12, 2019

“Me dijeron que tenía un golpe en la nariz”

Fue la roomie de Vianca quien le avisó a su madre de lo sucedido, pero lo que le dijo distó mucho de la realidad…

A doña Vianca le dijeron que habían entrado a asaltar a casa de su hija, que tenía un golpe en la nariz y no le dejaba de sangrar por lo que se encontraba en el hospital. Ella no lo creyó, sabía que algo no estaba bien, que algo grave le había sucedido.

Vianca estaba perdiendo mucha sangre. Vecinos del fraccionamiento llamaron a la ambulancia, pero tardó mucho tiempo en llegar. Encontraron a la joven en sus estertores de muerte, con la cara destrozada. La llevaron a un hospital privado, pero no la quisieron recibir. La trasladaron al Hospital General de Playa del Carmen, pero ya era demasiado tarde; había muerto.

Doña Vianca voló inmediatamente desde Querétaro -donde reside- a Playa del Carmen, pero como la comunicación entre ambas ciudades no es óptima, la madre de la víctima llegó a la mañana siguiente directo al forense para reconocer el cadáver de su hija.

Así empezó la lucha de Vianca Labastida por el feminicidio de su única hija, que desde que le dieron la noticia de lo sucedido, muchas cosas no le cuadran, como la actitud de posibles testigos y personas implicadas, la carpeta de investigación, hasta la indiferencia de la fiscalía.

Un robo con violencia fue la versión oficial de las autoridades, quienes determinaron la causa de muerte de la joven de 31 años, sin siquiera haber revisado bien el cuerpo, denuncia su madre. 

"¿Cómo es posible que tú, ministerial, digas que fue un robo con violencia? Un asaltante nunca te va a hacer lo que le hicieron a mi hija”.

Corrupción en el feminicidio de Vianca

La fiscal que inicialmente llevó el caso de Vianca, Guadalupe Reyes Pinzón, “es una mujer muy corrupta”, denuncia la madre de la víctima, quien argumenta que ella le puso trabas a la investigación y el caso estaba lleno de omisiones.

Desde un inicio no se investigó el caso con perspectiva de género. No se llevaron los protocolos necesarios en la escena del crimen, perdieron evidencias importantes e incluso mandaron matar a un testigo clave un periodista que acudió al lugar del asesinato.

#QueNadieNosOlvide | Karla muriu00f3 en su trabajo, su cuerpo presentu00f3 huellas de agresiones sexuales. Las autoridades dijeron que todo habu00eda sido un accidente.

Posted by El Heraldo de Mu00e9xico on Thursday, February 20, 2020

El expediente era de tan solo unas pocas hojas, lleno de contradicciones, anomalías e información incompleta. Además, la fiscal amenazó a doña Vianca en repetidas ocasiones diciéndole que si hablaba con los medios de comunicación, se le daría carpetazo al caso de su hija.

"¿Qué más nos puede dar miedo? Si ya nos mataron a lo que más queríamos. Para mí era mi única hija, entonces no tengo miedo a levantar la voz.”

El caso más importante de su vida

Con tantas irregularidades, doña Vianca tomó las riendas del caso de su hija. Como víctima indirecta, se podría decir que es “afortunada”, pues a diferencia de muchas otras madres de mujeres asesinadas, ella cuenta con los conocimientos y la preparación suficiente en leyes para saber qué sí se está haciendo bien y qué falta por resolver en el feminicidio de su única hija. Ella es abogada penalista y ahora, junto con un nuevo fiscal, lleva el caso de su niña.

Vianca Labastida fue personalmente a hablar con el gobernador de Quintana Roo para exponerle su caso y denunciar que la fiscal Guadalupe Reyes Pinzón, no estaba llevando la muerte de su hija, ni la de otras mujeres asesinadas, de una forma correcta; las madres de las víctimas no estaban siendo escuchadas.

Tras la visita con el gobernador, marchas y conferencias de prensa, Vianca fue escuchada. Se destituyó a Reyes Pinzón y se asignó al fiscal Óscar Montes de Oca, quien junto con otro abogado y la madre de la víctima, llevan el caso, ahora catalogado como feminicidio, porque a Vianca la mataron.

A dos años de la muerte de Vianca, su caso empieza desde cero

Tras dos años de corrupción en el caso de Vianca Moreno, su madre como abogada penalista y su equipo, comienzan a armar desde cero el feminicidio. Recabando toda la información necesaria, revisando pruebas y reuniendo todos los elementos para poder lograr justicia.

Respecto a los asesinos, doña Vianca no da detalles que comprometan a la nueva investigación, pero asegura que son dos y ella sabe perfectamente quiénes son. Además, afirma que su hija también sabía de las personas que le quitarían la vida y dejó las pruebas suficientes para que su madre buscara justicia.

“Quisieron apagar su luz, pero ahora su luz brilla más”.

Vianca Moreno Labastida y su madre

Esta historia cuenta con la autorización de las víctimas indirectas.

Por: María José Serrano Carbajal

Edición: Paola Sánchez Castro

Diseño: Ana Navarro e Ingrid Almaraz

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