Este sábado, el Ayuntamiento de Tepic -la capital de Nayarit- decidió remover una de las alas del monumento conocido como Ángel de la Independencia -cuyo nombre original es la Victoria Alada- que desde 2014 presenta daños estructurales y para evitar riesgos será restaurada pero ahora toda la escultura, anunció el alcalde Francisco Javier Castellón Fonseca.
"Debido al riesgo que implicaba el desprendimiento del ala del monumento al Ángel de la Independencia que se encuentra en la glorieta de Avenida Insurgentes y avenida Independencia, trabajadores de Protección Civil del Municipio procedieron a quitarla para evitar un accidente.En los próximos días se trabajará en la restauración de la estatua completa para que luzca en todo su esplendor", adelantó.
En 1999 se construyó esta efigie "La Victoria Alada" de cinco metros y medio por el escultor local Fernando Campos, para rendir tributo al arquitecto tepicense Antonio Rivas Mercado, al simular el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México y de paso conmemorar el fin del siglo XX.
El ángel local está colocado en una base de concreto que alcanza en total una altura de 12 metros, mientras que el de la Ciudad de México tiene alrededor de 45 metros de altura, y el cual fue inaugurado en 1910 durante las fiestas patrias, para celebrar el primer centenario del movimiento insurgente.
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En Tepic, el Ángel de la Independencia estuvo ubicado hasta 2008 en la Calzada del Ejército, cuando tuvo que ser removida por la construcción del nodo vial y desde entonces se mantiene en el cruce de la avenida insurgentes y la calle Independencia.
En junio de 2014, la efigie del ángel y el ala derecha tuvieron que ser reparadas por daños que ponía en riesgo a los automovilistas y a las personas que celebrarían el mundial de fútbol en el lugar; y el 13 de septiembre de 2016 la escultura fue regresada a su sitio luego de ser tratada con bronce que aportó la ciudadanía y la organización Es Momento de México A.C. presidida por José Manuel Rivas Cortés, pariente del arquitecto Antonio Rivas Mercado.
Por Karina Cancino