Un hombre fuertemente armado atacó el interior de un bar al lanzarles una granada de mano en el establecimiento de venta de bebidas alcohólicas ubicado en la localidad de Grenoble, en el sureste de Francia. La agresión dejó a varias personas heridas que estaban en el negocio.
Las autoridades francesas descartaron que el ataque armado haya sido un acto terrorista, por lo que comenzaron con las indagatorias para determinar qué fue lo que orilló a la persona para agredir a la gente dentro del bar con la detonación del arma de uso exclusivo del ejército.
Este jueves la policía buscaba al autor del lanzamiento de la granada que provocó que 15 personas resultaran heridas, indicaron las autoridades, que detallaron que el ataque se produjo el miércoles alrededor de las 20:15 horas locales en el barrio desfavorecido Ciudad Olímpica, en el sur de esta ciudad de los Alpes Franceses.
Un hombre "encapuchado", armado de un fusil "posiblemente de tipo Kalashnikov", entró en el establecimiento y lanzó una granada "de fragmentación" sin mediar palabra, indicó el fiscal de Lyon, Thierry Dran. El atacante se dio a la fuga a continuación y las autoridades continuaban su búsqueda el jueves por la noche.
Condenan el ataque al bar en Francia
El ataque puede estar vinculado a "un ajuste de cuentas", "al narcotráfico, al tráfico de cigarrillos, a una fuerte enemistad", indicó el miércoles por la noche la fiscalía, descartando por el momento "un atentado puramente terrorista".
Muchos clientes estaban presentes en el bar en el momento del ataque, que dejó 15 heridos, según el último balance oficial. Dos de ellos se encontraban el jueves en pronóstico reservado, indicó una fuente policial a AFP.
El bar atacado, Aksehir, es frecuentado habitualmente por residentes locales "sobre todo para ver partidos de fútbol", explicó Chloé Pantel, teniente de alcalde de Grenoble. Aunque su nombre viene de una ciudad de Turquía, según varios vecinos, ahora lo regentan argelinos y suele contar especialmente con clientela masculina.
El alcalde de Grenoble, el ecologista Éric Piolle, "condenó" la explosión, calificándola de "acto criminal de una violencia inaudita". La ciudad vive regularmente episodios de violencia relacionados con el tráfico de drogas. En 2024, las autoridades hablaron incluso de una "guerra de bandas".
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