Si eres de los que utilizan la Inteligencia Artificial todos los días para pedirle que te genere imágenes, textos, para conversar con ella o simplemente para pedirle información que antes hubieras buscado en Google, debes saber que el impacto en el medio ambiente de su uso es más profundo que el que causan los buscadores tradicionales.
Así lo advirtió la investigadora Sasha Luccioni, una de las voces más autorizadas en el campo, quien detalló que estos modelos consumen hasta 30 veces más energía que un simple motor de búsqueda.
Luccioni, reconocida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes en el mundo de la IA en 2024, lleva años alertando sobre el impacto ambiental de esta tecnología. En una reciente conferencia en Montreal, la experta enfatizó la necesidad de concienciar sobre el elevado consumo energético de herramientas como ChatGPT o Midjourney.
“Es especialmente preocupante que se utilice la IA generativa para realizar búsquedas simples en internet”, lamentó Luccioni. A diferencia de un motor de búsqueda tradicional, que extrae información de una base de datos, los modelos de lenguaje generativo crean contenido nuevo, lo que implica un procesamiento de datos mucho más intensivo y, por ende, un mayor consumo energético.
Inteligencia Artificial requiere de energía adicional a los buscadores
El entrenamiento de estos modelos requiere una enorme cantidad de datos y una potencia de cálculo sin precedentes. Además, cada vez que un usuario interactúa con una IA generativa, se consume energía adicional para procesar la solicitud y generar una respuesta.
La investigadora canadiense ha desarrollado una herramienta llamada "CodeCarbon" que permite a los desarrolladores medir la huella de carbono de sus códigos. Desde su lanzamiento, esta herramienta ha sido descargada más de un millón de veces, lo que demuestra la creciente preocupación por el impacto ambiental de la IA.
Luccioni aboga por una "sobriedad energética" en el uso de la IA, sin renunciar a sus beneficios. La clave, señala, está en elegir las herramientas adecuadas y utilizarlas de manera responsable. En un mundo cada vez más digitalizado, es fundamental conciliar el avance tecnológico con la protección del medio ambiente.
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