Durante 20 años una pareja de esposos surtió de carne a varios restaurantes lujosos en Rusia, pero su producto tenía la particularidad de ser tomado de seres humanos a quienes asesinaron. Natalia y Dmitry Bakshéyev parecía una pareja normal, pero tenían un oscuro secreto: buscaban, mataban y cercenaban a sus víctimas para vender su carne.
Natalia trabajó durante varios años como jefa de enfermeras en el departamento de salud del Colegio Superior MIlitar de Aviación de Krasnodar en Rusia. Sin embargo, su grave problema que sufría por el alcoholismo crónico le ocasionó que fuera despedida.
Los Bakshéyev actuaban extraño
Mientras que Dmitry vivió una juventud manchada por la delincuencia al haber sido juzgado por robar tiendas y automóviles; pero en varias ocasiones pudo evitar a las autoridades y las penas de dichos delitos no fueron cumplidas por el hombre nacido en 1982, siete años menor que su esposa Natalia.
Desde 2012, Natalia y Dmitry Bakshéyev vivieron juntos en un dormitorio escolar, sitio que la mujer había heredado de su esposo anterior. Aunque los vecinos de la pareja notaba su comportamiento poco social a las normas, jamás imaginaron que tuvieran una actividad en común que disfrutaban al matar y procesar la carne humana.
Cuando los Bakshéyev se quedaron desempleados, Natalia tuvo la iniciativa de ofrecer pasteles de carne a sus vecinos. Una de las clientas preguntó en alguna ocasión a la mujer sobre los ingredientes que empleaba para cocinar el alimento, a lo que la exenfermera respondió: "Con lo que me voy encontrando", indicaron las autoridades rusas sobre el caso.
Aunque no era la primera vez que Natalia vendía carne, cuando era enfermera en la milicia rusa también la comercializó entre sus compañeros. A su vez, la investigación reveló que la carne también fue ofrecida a varios de los restaurantes de lujo de Krasnodar donde por casi 20 años pagaron por recibir la carne humana que ofrecieron a sus comensales.
El error que descubrió sus crímenes de canibalismo
Cuando Natalia fue a ofrecer la carne en un establecimiento vio a una vieja conocida llamada Elena Vashrushev, quien era camarera en un restaurante cercano. Sin dar detalles, la policía descubrió que Natalia la invitó a su casa y jamás fue vista por sus conocidos. La vendedora de carne perdió su celular en la calle que fue encontrado por un obrero.
Al revisar la galería del celular, el trabajador quedó aterrado al ver las fotos donde estaban los restos de la carne humana, donde incluso Dmitry posaba mordiendo la mano de una persona cercenada.
El obrero llevó el celular a la policía que fue a revisar la casa de los esposos. En el lugar encontraron restos de cueros y 19 fragmentos de piel muerta, además de los restos de Elena. Natalia fue condenada a 10 años de prisión y Dmitry a 12 años.
RMG