Las olas de calor son un fenómeno cada vez más alarmante y frecuente debido al cambio climático. Un estudio publicado en la revista Nature ha demostrado que estas olas pueden provocar miles de muertes en exceso en todo el mundo. El verano de 2021 fue testigo de una ola de calor sin precedentes en el noroeste del Pacífico de Estados Unidos y Canadá, lo que llevó a la ruptura de récords de temperatura históricos en Lytton, un pequeño pueblo que nunca antes había experimentado tales temperaturas.
Según el investigador de Oxford, Nicholas Leach, esta ola de calor debería haber sido estadísticamente imposible. Por otro lado, Leach ha señalado que los científicos evaluaron qué países están en mayor riesgo en el futuro y descubrieron que las regiones más vulnerables son Afganistán, varios países de América Central (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, y Panamá) y la región de Jabárovsk, al este de Rusia. Europa central (Alemania, Países Bajos y Bélgica), y varias provincias de China (Beijing, Hebei y Tianjin).
Sin embargo, Nicholas señala que es muy importante entender que las olas de calor pueden ocurrir en cualquier parte del mundo, y los formuladores de políticas deben estar preparados para olas de calor excepcionales según los registros actuales. Además, hay regiones cuyo récord histórico no es excepcional y, por lo tanto, es más probable que se rompa en el futuro cercano.
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¿Por qué suceden estas olas de calor?
Las olas de calor son eventos meteorológicos que ocurren cuando se produce una alta presión atmosférica que atrapa el aire caliente cerca de la superficie terrestre. Esto provoca que la temperatura del aire aumente significativamente durante varios días, lo que puede tener graves consecuencias para la salud humana y para los ecosistemas.
En los últimos años, se han observado olas de calor más frecuentes e intensas en todo el mundo debido al cambio climático causado por la actividad humana. El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha llevado a un aumento de la temperatura global, lo que a su vez ha aumentado la frecuencia y la intensidad de las olas de calor.
La investigación de Nicholas Leach destaca la importancia de estar preparados para olas de calor cada vez más extremas, incluso en regiones que no han experimentado eventos similares en el pasado. Las proyecciones de población y desarrollo económico también son factores importantes a considerar en la evaluación del riesgo.
Es necesario tomar medidas políticas para mitigar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar que las olas de calor se vuelvan cada vez más frecuentes e intensas. Además, se deben implementar medidas de adaptación y preparación para proteger a las personas y los ecosistemas vulnerables.
Con calor extremo y sequía, Argentina sufre su verano más tórrido
Argentina soporta este año el verano más tórrido del que se tiene registro, con temperaturas récord y falta de lluvias que dañan la agricultura y mantienen al país bajo alerta meteorológica, según reportes oficiales.
En noviembre pasado, aún en primavera, se registró la primera de nueve olas de calor cuando lo usual son cuatro o cinco estivales y seguirán en otoño con temperaturas hasta 55 por ciento por encima de la media, reportó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Según el SMN que recopila datos desde 1961, este es el verano más cálido desde entonces y el mes pasado fue además el segundo febrero más seco, con 41.9 por ciento menos de lluvia que el promedio.
"Es difícil por ahora atribuir todo al cambio climático", dijo a la AFP Cindy Fernández, especialista del SMN. Sin embargo los estudios indican que "el cambio climático hace 60 veces más probable la ocurrencia de olas de calor prolongadas y con gran extensión territorial" como las que atraviesa Argentina.
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