La Procesión del rey camina al interior de la abadía de Westminster, donde en minutos se coronará a Carlos III como el nuevo monarca del Reino Unido de la Gran Bretaña en una ceremonia que tiene pocos cambios con respecto a la que protagonizó el rey Guillermo el Conquistador, en 1066.
Los representantes de la fe, arzobispos anglicanos que portaban la Cruz de Gales que, en el centro, ostentaba las reliquias de la cruz de Cristo enviadas por el Papa Francisco, encabezaron la comitiva.
A continuación marcharon los portaestandartes de los tres reinos que integran el Reino Unido: Inglaterra, Irlanda y Escocia y las portadoras de las tres espadas reales: la de la justicia temporal, la de la justicia espiritual y la de la compasión, también conocida como Curtana, y la que es empleada para consagrar a reyes y reinas.
Por último, el rey Carlos III entró con una comitiva que le sostenía la larga capa del Estado antes de llegar a la llamada Silla de Coronación, donde le será entregada primero la Corona de San Eduardo, hecha en 1661, y la cual será intercambiada por la Corona de Estado, la cual representa al Imperio Británico.
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