MURIÓ AL INSTANTE

La desgarradora historia de Chloe, quien vio morir a su bebé luego de luchar por su vida

En los brazos de su madre, la pequeña Laila murió luego de haber tenido la oportunidad de vivir alrededor de 44 horas

MUNDO

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La pequeña murió a las 44 horas de nacida. FOTO: iStockCréditos: Pixabay.

Las historias sobre maternidad alrededor del mundo son diversas, únicas y muchas de ellas resultan incluso sumamente difíciles y dolorosas; ahora se ha dado a conocer una más de ellas, la cual cuenta la historia de la vida de Chloe Partridge y su pequeña bebé, a quien perdió.

Partridge es una joven madre estadounidense que ha vivido un auténtico calvario al haber perdido a su bebé a pocos momentos de dar a luz; la joven madre no tuvo la posibilidad de abortar y en el momento tuvo que lidiar con la noticia de que su pequeña tenía una malformación cerebral en la semana 23 de su gestación.

La historia de la pequeña Laila

La malformación cerebral de la hija de Chloe era tal que médicamente sería imposible su compatibilidad con la vida y nunca iba a poder respirar por sí misma; ante este diagnóstico sin una salida real, la mujer tomó la decisión de abortar.

Ante este caso en especial, el Tribunal Supremo de Estados Unidos retiró la protección a este derecho fundamental, por lo que Chloe ya no tenía permitido abortar en Arizona; ante ello, tomó la decisión de viajar a otro estado pero la clínica posteriormente rechazó darle seguimiento a su caso particular.

"Dijeron -desde el centro- que la gente -los antiabortistas- los llamaban y amenazaban, por lo que tuve que seguir embarazada", declaró la joven madre que perdió a su bebé.

El mismo día de su nacimiento, se declaró la fecha de muerte de la pequeña, pues luego de haber estado frente a frente, vivieron un momento especial y difícil, ya que la madre sabía que esos momentos serían los últimos; finalmente, la pequeña Laila falleció 44 horas después del parto.

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Hijo busca a su madre

Una de las situaciones más dolorosas para las personas es la desaparición de un ser querido, algo que Rafael Rivera vive en carne propia desde el pasado 7 de mayo, cuando su madre, Martha Molina desapareció en el campamento Nuevo Amanecer, en Rosarito, Baja California, a donde asistió a un retiro espiritual, debido a que tenía un episodio de depresión y su hijo buscaba la manera de ayudarla a salir de él. 

Al ver a su mamá hundida en la depresión, Rafael buscó varias maneras de ayudarla, entre ellas terapias psicológicas, pero una amiga llamada Cinthia le habló sobre una experiencia espiritual para sanar heridas, lo que él consideró una señal y lleno de esperanza llevó a Martha. Se entrevistó con la encargada, Angélica Sánchez Ulea, quien dijo que la cuidaría y el viernes 5 de mayo fue a dejarla al lugar donde un camión partiría de Tijuana con rumbo al rancho, ubicado en el Cerro del Coronel. 

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Gabriela Vázquez es mamá, enfermera y servidora a la nación