María Teresa actuaba como una dama de la alta sociedad en España donde tenía una lujosa mansión construída en la ciudad de Marbella, dentro de la Villa Elaumar localizada en Valdeolletas, la cual estaba valuada en unos 3 millones de euros. Una casa que parecía más del estilo de una superestrella del pop, que de una mujer sin una actividad laboral comprobable, según relataron los medios locales como La Opinión de Málaga.
Justo dentro de aquella enorme mansión que tenía dos piscinas, una de ellas techada y además climatizada, que también presumía en tener un exuberante jardín con árboles que escondían una cancha de tenis, además de una suite de lujo que tenía un jacuzzi elevado en mármol rodeada con cuatro columnas y una gran cama con un espejo en el techo, María Teresa de pronto fue arrestada por la policía local al ser señalada de tener vínculos con el narcotráfico.
A la mujer que aseguraba ser una intermediaria comercial, de pronto no tuvo tiempo de acudir a la habitación del pánico que tenía en la mansión donde se resguardaba de peligrosas visitas que podía tener, por lo que fue detenida por la Policía Nacional en septiembre de 2022. María Teresa era conocida como “La Modelo” al ser una fanática del crossfit, y por ende de la ropa de lujo y la visita a restaurantes y lugares exclusivos de Marbella.
De “modelo” a la emperatriz de la cocaína
María Teresa nació en el municipio de Bucaramanga, Colombia en 1973. Desde finales de la década de 1990, se cree que la mujer llegó al territorio europeo, pero fue hasta 2005, cuando la colombiana fue rastreada por la Policía Nacional tras casarse con su entonces marido Michel Curter, un reconocido narcotraficante francés. Ese año el capo fue arrestado al ser sorprendido a bordo de una nave en Lisboa donde llevaba 6 mil 100 kilos de cocaína.
La relación entre la ahora conocida como “la emperatriz de la cocaína” y Cutter fue simbiótica por la experiencia de ambos, pero sobre todo por la relación que “La Modelo” tenía con el Cártel del Norte del Valle, situación que también llevó a cabo en 2015 con su entonces esposo alemán, Matthias, quien también quedó arrestado al llevar 200 kilos de cocaína rumbo a Dinamarca.
Con ambos, la emperatriz de la cocaína siguió su relación, pero solamente como socios, al ser ella la que los dotaba de las drogas ilícitas al tener varios contactos dentro del narcotráfico colombiano, para que sus exmaridos la movieran entre sus clientes en Europa. Sin embargo, en 2020, la policía le seguía la pista a pesar de nunca haber sido arrestada y no tener antecedentes penales.
La caída de la emperatriz de la cocaína
Así comenzó la operación Dríada luego de que las investigaciones de la policía revelaron que “La Modelo” recibiría una entrega especial con una gran cantidad de cocaína llegada vía aérea. Para entonces, María Teresa siempre viajaba en automóviles de alta gama, siempre alquilados, e iba de citas de trabajo a Madrid y Barcelona, actividades que alternaba al ser una amante de la cocina y seguir los ejercicios de su entrenador personal, indicó la policía.
En cada uno de sus viajes de negocios, la emperatriz de la cocaína acudía a comer en el mejor restaurante, se iba de fiesta a la mejor discoteca con el mejor lugar reservado y dormía en el mejor hotel, según se constató en la investigación. La Policía Nacional llegó a pensar que María Teresa era una informante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, la DEA, por jamás haber sido arrestada.
Pero el enorme envío de cocaína proveniente de Colombia, tuvo un inconveniente que fue clave para arrestar a la mujer, ya que uno de sus intermediarios fue asaltado en Países Bajos y perdió una gran cantidad de dinero, de ahí se descubrió que “La Modelo” incluso estaba relacionada con una banda de narcos polacos.
El día de su arresto eran las 6:00 de la mañana del 20 de septiembre y junto a ella, otras 15 personas más fueron arrestadas por narcotráfico. Tras su captura, la emperatriz de la cocaína dejó en el “desamparo” a sus cuatro hijos y una nieta que dependen de ella económicamente. Aún espera conocer su situación judicial y en caso de ser declarada culpable, enfrenta un juicio donde se definiría su condena.
Al catear la mansión, los uniformados encontraron un paquete con cocaína que tenía encima el logotipo de la marca de autos de lujo Roll Royce, el cual en uno de sus extremos tenía menos producto por lo que se estima era destinado como "cata" para ofrecer a sus clientes.
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