Mario Salto, conocido como "Marito", fue un niño argentino que fue salvajemente asesinado por una secta satánica en 2016. El menor tenía solo 11 años de edad al momento de los hechos y fue abusado y desmembrado por un grupo de personas que pretendía realizar un sacrificio a la muerte.
Han transcurrido seis años desde el ataque en contra del menor y el pasado 23 de septiembre trascendió en medios locales que dos líderes de la secta satánica que mutiló al pequeño fueron condenados a cadena perpetúa, una sentencia que aplaudieron cientos de personas argentinas.
El atroz crimen contra el niño de 11 años ocurrió cuando se encontraba pescando en Quimilí, Argentina. De acuerdo con reportes policiales de aquella época, el joven fue secuestrado por integrantes de una secta satánica el 31 de mayo de 2016.
Tres días después de ser privado de su libertad, Marito fue encontrado sin vida. Su cuerpo fue hallado mutilado dentro de varias bolsas negras de basura. El reporte de la autopsia reveló que el menor fue víctima de abuso sexual mientras estaba con vida, además, padeció al ser colgado de un alambre y finalmente fue descuartizado para que sus captores bebieran su sangre.
"Los miembros de la secta lo descuartizaron, bebieron su sangre y se repartieron pedazos del cuerpo del niño", dijo en aquel entonces la fiscal Mariela Bitar de Papa.
Por el homicidio de Mario Salto fueron detenidas en total nueve personas, quienes presuntamente participaron en el ritual satánico. Hasta ahora, dos líderes del grupo fueron sentenciados a cadena perpetúa, luego de que se probó que asesinaron y desmembraron al pequeño de 11 años de edad.
Los sentenciados fueron identificados como Miguel "Brujo" Jiménez y Rodolfo "Rody" Sequeira. Las autoridades los acusaron como autores intelectuales del secuestro, abuso, asesinato y desmembramiento del pequeño Marito.
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