La madre libanesa Liliane Cheaito, atrapada en el hospital desde la explosión de Beirut hace dos años, vio a su hijo por primera vez el jueves luego de un fallo judicial en una prolongada disputa familiar con su esposo.
Cheaito no ha salido del Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut desde el 4 de agosto de 2020, cuando la trajeron magullada y sangrando después de la enorme explosión en el Puerto de Beirut, que fue causada por productos químicos almacenados incorrectamente. Sufrió un daño severo en la corteza cerebral frontal que la dejó prácticamente paralizada e incapaz de hablar.
Dos de sus cuatro hermanas, en entrevista para la agencia Reuters, dijeron que su marido, Hassan Ali Hodroj, le había prohibido ver a su hijo Ali, que ahora tiene dos años, durante su estancia en el hospital. La familia de Liliane en 2020 presentó una denuncia ante las autoridades religiosas chiítas para obligar a Hodroj a permitir que el niño visitara a su madre herida.
Iqbal Cheaieb, abogado de Hodroj, dijo que el padre había impedido que Ali fuera al hospital porque tenía "miedo" de dejar que el niño viera a su madre en ese estado. La pareja sigue casada. Este jueves 4 de agosto, Ali visitó a Liliane en el hospital por primera vez siguiendo una orden de un tribunal chiíta en el Líbano, donde los asuntos personales, incluida la custodia de los niños, son determinados por tribunales pertenecientes a la secta del individuo.
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El caso de Liliane representa la "agonía" de las múltiples crisis del Líbano
"El tribunal emitió una decisión final el miércoles ordenando visitas semanales y nuestro padre y abogado se reunieron con Mufti Ahmed Qabalan esta mañana", dijo Nawal Cheaito, hermana de Liliane. Qabalan es el principal clérigo chiíta en Líbano.
Una foto compartida por la familia mostraba a Liliane en su cama de hospital, extendiendo su mano izquierda hacia un niño de cabello rizado con una camisa negra que la familia identificó como Ali, de dos años.
"Ella no apartó los ojos de él ni por un segundo", dijo Nawal, y dijo que esperaba que las visitas levantaran la moral de Liliane y acelerará su recuperación.
En julio, Liliane pronunció su primera palabra en casi dos años, "mamá", que sus hermanos entendieron como un grito por Ali.
Sus hermanas habían dicho anteriormente que Liliane representaba la "agonía" de las múltiples crisis del Líbano: la devastadora explosión y sus consecuencias para las familias en duelo, y la lucha diaria de muchos ciudadanos por sobrevivir mientras la economía del país se desmorona.
Con información de Reuters.