Quizás el nombre de Francisco H.G. pase desapercibido incluso con su alias “El Limonero”; sin embargo, al referirse a él como “el Pablo Escobar español”, se reconoce como el máximo narcotraficante ibérico que traficaba grandes cantidades de heroína en España.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los narcos, el Pablo Escobar español tenía una vida sin lujos lo que lo hacía no levantar sospechas por no llevar un estilo de vida lleno de excesos, puesto que además residía en un pequeño pueblo en Toledo, España, con poco más de mil habitantes, según información del medio local La Sexta.
No obstante, “El Limonero” tenía una debilidad que pudo haber levantado sospechas al tener gusto por los automóviles de alta gama, con los cuales llegaba a su tranquila residencia en Toledo donde el narco incluso tenía su base de operaciones desde donde conspiraba el tráfico de drogas que enviaba a Madrid, Castilla y León, Extremadura y Castilla la Mancha.
Francisco H.G. importaba grandes cantidades de estupefacientes que obtenía de los Países Bajos, las cuales se encargaba de distribuir incluso por el mundo con ayuda de un ciudadano turco conocido como “El Paralítico”.
La labor del Pablo Escobar español, era ocultar grandes cantidades de droga en sus diversas fincas y casas que tenía en varias localidades de la provincia de Toledo; su función era como el principal distribuidor de drogas para los grupos criminales de las cuatro principales ciudades donde operaban.
Así fue la caída del Pablo Escobar español
El 16 de enero del año corriente, el imperio de Francisco H.G. alias “El Limonero” llegó a su fin, cuando fue capturado en Toledo a manos de la Policía Nacional Interior. El narco presuntamente dirigía toda una organización que movía la droga.
El tropiezo del Pablo Escobar español comenzó desde que hizo un par de viajes a Estambul, Turquía en julio y septiembre de 2021 donde negociaría personalmente la importación de grandes cantidades de drogas, especialmente de heroína.
Meses después en noviembre, fue capturado un matrimonio que formaba parte de la organización de “El Limonero”, cuando viajaban en una autopista de Madrid aunque lo hacían sin seguro y sin la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
A la pareja se le decomisó varios paquetes con heroína pura que en conjunto pesaban 5 kilos. Durante la siguientes semanas, la policía siguió la pista del narco y uno de sus lugartenientes hasta que finalmente el capo fue capturado mientras llenaba de gasolina su auto y fue sorprendido por la policía.
Al narco le fueron confiscados 55 kilos de heroína hallada en uno de sus varios domicilios, así como dinero en efectivo, una escopeta, una pistola, un revólver, munición para todas las armas, diferentes terminales telefónicas y seis automóviles.
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