Más de 11 mil japoneses viven en nuestro país, que se ha convertido en un referente de migración importante para Japón, sobre todo, para desempeñarse en las industrias niponas asentadas en México, para estudiar alguna carrera o para experimentar un nuevo estilo de vida.
“Hay artistas y muchos que vienen aquí a estudiar antropología o una carrera con el convenio con Japón, o gente que llega buscando en México una situación ya distinta a la de su país (…) más libres en términos laborales, no tan presionados con un sistema que es mucho más estricto y severo”, explicó para El Heraldo de México, Sergio Hernández, especialista en la emigración japonesa en México y Latinoamérica.
Tal es el caso de Ryota Nishimura quién es parte de esta migración japonesa, vive en México desde hace casi 12 años y su fuente de motivación fue su crecimiento profesional como entrenador de futbol, logró desplazarse a nuestro país a la edad de 25 años, gracias a un programa de intercambio entre ambos gobiernos.
“Yo pensando en mi carrera profesional, sentía necesidad y ganas de hacer algo diferente a los demás”, dijo Ryota para este medio.
Nishimura –que actualmente radica en Aguascalientes y formó una familia junto a su esposa mexicana, con la que tiene una hija y está en camino un bebé–, se desempeña como auxiliar técnico del Club Necaxa en Primera División.
“Es totalmente diferente la cultura japonesa y mexicana, entonces como que la gente encuentra aquí en México lo que no puedes hallar en Japón. Desde la gastronomía, personalidad y el ambiente que genera la gente, desde ahí como que te enamoras del país”, consideró.
No obstante, la buena relación diplomática entre ambas naciones también ha logrado el establecimiento de empresas niponas, sobre todo automotrices, y con ello la llegada de ciudadanos japoneses preparados en términos educativos, quienes –como Nishimura– algunas veces deciden quedarse a vivir en nuestro país o incluso llegan a casarse con algún mexicano-mexicana.
Hernández indicó que en la región del Bajío hay una gran cantidad de migrantes que llegan a trabajar a estas compañías automotrices, pero también se han instalado otras empresas japonesas más pequeñas que se dedican a surtirles material y servicios.
La Embajada de Japón en México informó que hasta octubre de 2021, se tenían registradas mil 272 empresas japonesas en nuestro país.
De acuerdo con un artículo publicado en la biblioteca electrónica Scielo, a partir de 2011 cambió la distribución geográfica de personas de origen japonés en México. En 2013, Guanajuato se convirtió en el principal destino de japoneses después de la Ciudad de México. Pero también hay gran influencia en estados como Aguascalientes, Nuevo León y Querétaro, sólo por mencionar algunos.
Sin embargo, esta estructura migratoria japonesa en México ha evolucionado desde la primera ola de desplazados que llegó a Chiapas, hace 125 años.
Esta migración es conocida como Enomoto, aquellos que llegaron en 1897 a Chiapas con calidad migratoria de colonos y que buscaban mejor estabilidad económica, el objetivo era construir colonias de agricultores japoneses, pero las condiciones los obligaron a dedicarse al comercio e hicieron su vida en México.
Posteriormente, se fueron sumando inmigrantes nipones “bajo contrato”, es decir, personas que eran contratadas en Japón para trabajar en distintas partes de México, este método se utilizó debido a que no había suficiente fuerza de trabajo en nuestro país.
Esta ola de éxodo llegó principalmente “para trabajar en la industria minera y la plantación azucarera, (…) algunos de los estados en los que se asentaron fueron Veracruz, Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California”, detalló Hernández.
Según el experto, en 1906 llegó este grupo de inmigrantes a una plantación que se llama La Oaxaqueña, que se ubica en el sur de Veracruz, era propiedad de una compañía norteamericana que los contrataba desde Japón; a ese lugar llegaron cerca de mil personas aproximadamente para cortar y trozar la caña de azúcar.
Por otra parte, y a partir de 1908-1909, empezaron a llegar pescadores japoneses a las costas de Baja California, pero que eran enviados por compañías japonesas o de Estados Unidos (por un tiempo determinado) y el producto que pescaban se dirigía básicamente al mercado norteamericano o japonés.
“Los pesqueros no llegan bajo contrato, ellos llegan con una compañía con un permiso para que se pueda pescar que otorga el gobierno mexicano y les da una concesión, es un permiso que hasta en la actualidad da el gobierno”, informó el experto.
Se estima que actualmente viven México Nikkeis (descendientes de japoneses) de quinta y sexta generación, un grupo de 76 mil personas, según el último recuento en 2018.
CAR