El exmandatario Donald Trump presionó a su vicepresidente Mike Pence, para que anulara las elecciones que perdió en 2020, pese a que éste le dijo en repetidas ocasiones que era ilegal hacerlo, informaron ayer asesores de Pence al comité del Congreso que investiga el ataque al Capitolio de EU.
Miembros del comité, liderado por demócratas, dijeron que Trump siguió con su campaña de presión, aun sabiendo que una turba de sus partidarios amenazaban el recinto, mientras Pence se reunía para certificar formalmente la victoria del presidente Joe Biden.
Nuevas evidencias también detallaron que la multitud que irrumpió en el Capitolio estuvo a 12 metros de donde se refugiaban Pence y su equipo, lo que pone de manifiesto el peligro en el que lo había puesto Trump.
Incluso, un testigo informó al FBI que los Proud Boys, uno de los grupos que participaron en el ataque, dijeron que habrían matado a Pence si hubieran podido llegar a él.
La comisión ha usado las tres primeras audiencias públicas de este mes para mostrar que los esfuerzos del expresidente para anular su derrota equivalen a una conducta ilegal, que sobrepasa lo normal en política.
Trump ha negado repetidamente haber actuado mal, pero ha insistido en sus falsas acusaciones de que perdió los comicios sólo por un fraude.
Marc Short, quien fue jefe de gabinete del exvicepresidente, comentó en un testimonio en video que Pence le dijo a Trump "muchas veces" que no tenía la potestad para detener la certificación del voto en el Congreso.
Gregory Jacob, abogado de Pence, indicó que el principal defensor de la teoría, el abogado John Eastman, admitió frente al Presidente dos días antes del ataque que su plan violaría la ley.
Cabe recordar que el asalto retrasó la certificación de las elecciones varias horas, dejó a más de 140 policías heridos y provocó varias muertes.
REUTERS Y AP
MAAZ