El pasado fin de semana, un hombre de 29 años identificado como Josué García fue asesinado a tiros en un camión en Guatemala; él y uno de sus cómplices subieron a la unidad y amagaron con pistolas a los pasajeros, pero con lo que no contaban es que uno de ellos estaba armado y les dispararía para evitar el asalto.
Josué, conocido como el "Tortolita" quedó tendido en el lugar, mientras que Vidal Alfredo Barillas Herrera, su compañero de fechorías, huyó (aunque luego lo detuvieron). De acuerdo con las policías local y nacional, el justiciero anónimo que evitó el robo en el transporte público no fue detenido.
Al lugar donde quedó sin vida Josué García llegó su mamá, ya que vivía cerca de ahí. Entonces, la mujer rompió en llanto y exigió justicia por el asesinato de su hijo. Y es que la señora aseguraba que el "Tortolita" no le hacía daño a nadie, a pesar de que amagaba a sus víctimas con una pistola para que le dieran sus pertenencias.
"Mi hijo se levantó temprano a asaltar los buses, como siempre, pero me lo mataron... no le disparaba a nadie, solo los asaltaba”, dijo la mamá del delincuente abatido, según reprodujeron algunos medios locales.
No era tan inofensivo
Pero todo indica que el "Tortolita" no era tan inocente como su mamá aseguraba junto a su cadáver. La Policía Nacional Civil (PNC) dio a conocer que tanto él como Vidal Barillas solían asaltar autobuses de pasajeros en la autopista Palín-Escuintla, además de que también le robaban a los choferes lo que llevaban ganado en el día.
Pero no solo eso, sino que Josué tenía un largo historial en prisión, aunque a ciencia cierta nadie sabe por qué fue liberado en todas las ocasiones que lo detuvieron, pero lo más seguro es que fuera porque sus víctimas no lo denunciaban. En este sentido, el hombre asesinado de 29 años ya había sido aprehendido por robo, portación de droga para el consumo y extorsión, detalló a medios guatemaltecos la PNC.
TN23 informó que "Tortolita" era originario del barrio El Hospital, municipio de Amatitlán. Dicho medio también detalló que tanto Josué como Vidal eran mareros, es decir, integrantes de la Mara Salvatrucha, una pandilla delincuencial que tiene presencia en Centroamérica (sobre todo Guatemala, El Salvador y Honduras) y que se distingue por que sus miembros tienen el cuerpo lleno de tatuajes y comparten un propio código de lenguaje.
Entre las principales actividades de este grupo se encuentran la extorsión, extorsión organizada de protección y actividades menores de tráfico de sustancias ilícitas, junto a la violencia contra las mujeres y algunos involucramientos en la trata de personas, según un documento de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
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