Castigada por Occidente debido a su acción armada en Ucrania, iniciada el 24 de febrero, Rusia encara sanciones económicas que no sólo afectan a los líderes del gobierno, sino que ya lastiman los bolsillos de sus habitantes.
Los "ciudadanos de a pie" se encuentran con sistemas de pago que no funcionan, productos que escasean, problemas para acceder a efectivo y aumento de precios.
"Los supermercados limitaron la cantidad de artículos esenciales que una persona puede comprar", declaró Tatyana Usmanova a la agencia AP. El precio de los alimentos se ha disparado entre 30 y 40 por ciento.
Los jóvenes que pensaban adquirir una hipoteca han visto derruidos sus sueños, debido a que las tasas de interés se han disparado, al igual que la inflación (17 por ciento).
Miles hacen filas en los cajeros, buscan cambiar sus rublos a dólares, ante la caída del valor de la moneda, que se ha desplomado 30% desde la invasión. Otros ven en riesgo sus empleos, Apple, ExxonMobil, Ford, Boeing y Airbus anunciaron cierres de operaciones en Rusia.
Volvo Group, fabricante de camiones sueco, interrumpió la producción de su línea de montaje en Rusia, así como la venta de sus productos. Y, Daimler Truck suspendió también sus actividades en ese país.
El objetivo de Occidente es aislar al país y provocar una recesión que frene al Kremlin. Para evitar fuga de capitales, el gobierno ruso prohibió a sus residentes hacer transferencias bancarias fuera de su territorio.
El sector financiero es el más afectado, entre ellos los dos principales bancos rusos: VTB Bank y Sberbank; éste último anunció su salida de Europa, después de retiros masivos de efectivo. Los bancos fueron excluidos del sistema SWIFT, dispositivo esencial para finanzas globales al comunicar transacciones en forma rápida y segura.
Visa y Matercard, empresas de tarjetas de crédito y débito de EU han impedido a los bancos rusos utilizar su red de pagos. Tampoco funciona Apple Pay, Google Pay y American Express.
Expertos de Deloitte creen que el país euroasiático apostará por las criptomonedas. Mientras tanto, se esperan retrasos en el pago de pensiones y prestaciones.
Firmas internacionales se esfuerzan en mantener su reputación y el respaldo de la opinión pública, cortaron el flujo de sus productos, desde automóviles (Mercedes-Benz y Volvo), hasta cervezas. Toyota detuvo la producción en San Petersburgo.
Las rusas ya no podrán adquirir ropa de la tienda minorista H&M, Apple anunció que dejará de vender el iPhone y otros dispositivos.
CAR