Pese a las estrategias aparentemente dispares, las autoridades tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea lidian con el mismo problema: cómo llevar la tasa de vacunación al máximo y poner fin a una pandemia que se ha resistido a los esfuerzos por controlarla.
Aunque no han descrito sus restricciones como órdenes, algunos países europeos complican la vida de los no vacunados.
Mientras que Biden impuso amplios requisitos de inmunización para 100 millones de ciudadanos.
Incluso, la Casa Blanca no descarta que la vacuna de refuerzo sea aprobada en el futuro, indicó ayer el epidemiólogo Anthony Fauci.
Las autoridades de EU describieron la fase actual de la crisis como una “pandemia de los no vacunados”, ya que los datos indican que casi todos los muertos por COVID en el país eran personas sin vacunar. Los gobernantes en la UE consideran una situación similar en los brotes.
Pero para la Unión Europea es más difícil introducir vacunas obligatorias, ya que la política de salud es competencia de sus 27 gobiernos nacionales y los líderes tratan la cuestión con mucha prudencia.
AP y EFE
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