FOTOPERIODISTA

Fotoperiodista; migrante mexicano obtiene Premio Pulitzer

Julio Cortez llegó a Estados Unidos junto a su madre y la ayuda de un coyote para poderse reunir con su papá. hoy goza de un amplio reconocimiento por su trabajo

MUNDO

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CON ALTO VALOR. Cortez capturó esta imagen de las protestas por la muerte de George Floyd, el 28 de mayo de 2020. Foto:

Julio Cortez, inmigrante que llegó como niño a Estados Unidos al cruzar la frontera de la mano de su madre y un coyote, para reunirse con su padre, se convirtió en uno  de los pocos fotógrafos mexicanos que ha obtenido un Premio Pulitzer.

El connacional, junto con un equipo de otros nueve fotógrafos de The Associated Press (AP), ganaron el premio por la cobertura de las protestas por el homicidio de George Floyd y el racismo.

La foto más representativa fue la de Cortez, quien tomó a una persona que caminaba con la bandera de Estados Unidos invertida y el fondo de un negocio en llamas, el 28 de mayo de 2020, en Minneapolis.

El migrante mexicano le contó a El Heraldo de México cómo decidió ser fotoperiodista, el empeño de sus padres para poderse reunir otra vez y cómo llegó a la AP.

¿Qué significa para ti el premio?

–Hay muchas conversaciones sobre los latinos que vienen  a EU, que si vamos a quitar los trabajos, o que si nada más estamos estorbando, esto significa mucho para nosotros los inmigrantes que llegamos con la meta de hacer algo bueno, y yo nada más represento eso.

Mis padres han trabajado mucho para sobresalir en este país, no nos han regalado nada. Ahora tengo que ser un capitán para seguir abriendo puertas para más latinos, más mexicanos, mira lo que se puede cuando le das chance a un inmigrante.

Originario de Tepexpan, en el Estado de México, Cortez, junto con su madre, intentaron llegar a EU por vía aérea, y reunirse con su padre que ya tenía residencia legal, pero en migración su mamá se puso nerviosa al responder las preguntas, por lo que fueron enviados durante una semana  a un sitio de retención.

“Estuvimos en un lugar de esos que se ven en las noticias, feos, sucios, esperando que un juez nos diera el acceso, pero mi mamá firmó la deportación y nos enviaron a Tijuana”, platicó Cortez.

“Pero mi padre no se dejó y encontró un coyote que nos pasó, y cuando llegamos a la malla ahí en la frontera con San Ysidro, me dio mucho miedo, porque toda mi vida me han dicho mis padres que no debo de  hacer nada malo, seguir las leyes y no hacer trampa.

“Empecé a llorar cuando estábamos por cruzar, y porque no quería venir a EU, a mí no me preguntaron si quería ir, y claro, no tuve opción, mis padres son los que mandaban, y ahora me dicen en broma: Mira él que no quería venir y ahora hasta dónde anda", relató a este diario.

Cortez no sabía de fotografía, él deseaba ser escritor, participaba en los periódicos escolares, buscaba ser reportero de deportes y cubrir a su equipo favorito, Los Dodgers de Los Ángeles, pero el 11 de septiembre, no sólo cambió el mundo con los aviones que se estrellaron en las Torres Gemelas, ese día Julio supo que quería ser un fotoperiodista.

"Todo esto sucedió el 11 de septiembre de 2001, estaba en el colegio, tenía 22 años y un trabajo de medio tiempo en un periódico de Los Ángeles. Me salí ese día de la escuela porque sabía que iban a necesitar ayuda en la redacción, y como era el ayudante, ¡el mil usos!

“Cuando llegué, estaban preparando una edición de mediodía, tenía que pasar por el departamento de fotografía y ahí tenían impresas las fotos de AP y de Getty, y estuve viendo cada foto con detenimiento, y pensaba, esto es historia instantánea, y dije quiero ser esto, quiero tener parte de la historia”, contó.

“Tuve la fortuna de que cuando me gradué hice la pasantía con AP en Chicago, pero me faltaba mucha experiencia y no me dieron empleo, encontré trabajo en un periódico en Florida, lue me fui al diario más importante de Texas, durante tres años y finalmente se abrió la oportunidad en la AP y entré”, destacó.

Por Pablo Esparza

PAL