A pesar de la preocupación de grupos activistas, este martes el tribunal de sentencia de Honduras declaró culpable intelectual al empresario David Castillo Mejia del asesinato de la líder ambientalista e indígena Berta Cáceres.
Hasta antes de su aseinato el 3 de marzo de 2016, la activista hondureña y mujer indígena lenca trabajó durante 20 años en la defensa del territorio y los derechos su pueblo de origen, parte de los municipios de San Miguelito, Jesús de Otoro, Yamaranguila, La Esperanza e Intibucá.
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En 1993, Cáceres co-fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas Populares (COPINH). Este organizó feroces campañas contra los megaproyectos que violaban los derechos ambientales y a la tierra de las comunidades locales.
“Berta se enfrentó, y a menudo derrotó, a madereros ilegales, dueños de las plantaciones, corporaciones multinacionales y proyectos de represas que cortaban los suministros de alimentos y agua a las comunidades indígenas”, indica una semblanza de Front Line Defenders.
¿Por qué fue asesinada?
Como respuesta a su activismo, Berta Cáceres recibió amenazas de muerte, violación, ataque físico y hasta se enfrentó a cargos falsos de posesión ilegal de un arma de fuego poniendo en peligro la seguridad del Estado de Honduras, entre otras cosas.
Este cargo fue en la lucha contra la empresa hidroeléctrica DESA, que la acusó de provocar más de 3 millones de dólares americanos en daños y perjuicios. La empresa construye una hidroeléctrica en el territorio indígena Lenca.
DESA, encabezada por David Castillo Mejia, está en medio del caso de su asesinato. Luego de varios años de buscar justicia, el 30 de noviembre de 2018, el Tribunal Penal Nacional de Honduras condenó a siete hombres por el asesinato.
El Tribunal determinó que dichos hombres habían sido contratados por ejecutivos de Desa para llevar a cabo el asesinato el 3 de marzo de 2016. Sin embargo, quedaba pendiente la condena de Castillo Mejia hasta este martes, cuando se determinó su culpabilidad intelectual.