Hace varios años, los empleados de Donald Trump aseguraron que, cuando el ex-mandatario se mudó a la Casa Blanca, en enero de 2017, encontraron múltiples notas en los cajones y gabinetes de la residencia. Éstas contenían mensajes desagradables dirigidos hacia el republicano. En ese momento, el personal pensó que habían sido escritos por los asistentes del líder anterior, Barack Obama, lo que ellos negaron por completo. Ahora, por fin se reveló quienes fueron los verdaderos responsables.
El comediante Dave Chappelle supo la verdad desde hace mucho, pero fue apenas que habló al respecto. El también actor participó en un episodio de la serie de Naomi Campbell No Filter, el cual fue publicado en YouTube el pasado martes. Y ahí, fue él mismo quien trajo el tema a colación:
Te podría interesar
"¿Recuerdan que cuando la administración Trump se mudó, dijeron que el personal de Obama dejó notas sucias en todos los cajones y todos los gabinetes?" inició Chapelle.
Luego, explicó que poco antes de que Trump y su equipo llegaran a la Casa Blanca, se llevó a cabo una fiesta en la residencia, organizada por la familia Obama. Ahí acudieron muchas celebridades y, a algunas de ellas les pareció divertido escribir una serie de misivas para mostrar su inconformidad con las ideas del republicano así como con su ascenso a la presidencia de Estados Unidos.
"Pero fueron las celebridades, escribiendo toda esta mierda loca y poniéndolas por todas partes. Los vi haciéndolo, así que cuando lo vi en las noticias, me reí mucho" declaró.
El comediante no quiso revelar nombres, pero así demostró que los empleados de la administración de Obama no tuvieron nada que ver.
Stephanie Grisham, la exsecretaria de prensa durante el mandato de 2017-2021, declaró hace un par de años que las notas contenían mensajes como "Fallarás" o "No lo lograrás". Otro empleado aseguró que incluso les habían dejado una botella de vodka ruso en el gabinete.
Claramente, fue una medida muy ingeniosa por parte de las celebridades para demostrar que no apoyaban a Trump, aunque, por supuesto, para él y su equipo, no fue nada agradable. Incluso, varios trabajadores calificaron la acción como "absurda" o un "trolleo".
DFC