A casi tres años de la muerte de George Floyd, Derek Chauvin, el agente de la policía de Minneapolis que presionó su rodilla contra su cuello, sigue en juicio por el “asesinato involuntario”.
Y ahora, están surgiendo más testimonios de otras personas que también aseguraron haber sido violentadas por el policía.
Un ejemplo es Zoya Code, una joven afroamericana que en 2017 fue detenida por presunta violencia doméstica, luego de que su madre llamara a la policía en medio de una pelea.
De acuerdo con el reporte, la mujer aseguró que su hija trataba de ahorcarla con un cable telefónico, pero Code sostiene que simplemente estaban discutiendo y mientras su mamá agitaba el cable enfurecida, ella lo agarró.
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Chauvin fue el agente que llegó a averiguar esposó a Zoya y, cuando ella se apartó para preguntar la razón, la tiró al suelo boca abajo y se arrodilló sobre ella.
A causa del maltrato, la mujer decidió poner un reporte en la fiscalía en la que se argumentó que el actuar del agente no era un delito, sino que se “ajustaba a las normas del departamento”.
Sin embargo, el reporte de la fiscalía acepta que “a pesar de que ella no estaba oponiendo ninguna resistencia física”, ni estaba “respondiendo de forma agresiva”, el oficial la sometió contra el piso.
Su primera acusación
Según The New York Times, los fiscales reportaron que el primer incidente de este tipo de Chauvin ocurrió el 15 de febrero de 2015, y fue contra un carpintero de nombre Julián Hernández, de origen latino.
En esa ocasión, Hernández estaba tomado e intentó acceder a un club nocturno por la puerta incorrecta, por lo que el policía lo detuvo e intentó esposarlo. El carpintero afirmó que sintió como si lo hubiera aventado por las escaleras, y luego lo empujó contra la pared.
Mientras lo esposaba, generó presión sobre su cuello y una de sus arterias principales causándole una sensación de asfixia. Hernández intentó llevar este ataque ante la ley, pero ningún abogado quiso tomar su caso.
Otros abusos de Chauvin
The New York Times asegura que al igual que estos dos, existen los testimonios de otras cuatro personas quienes fueron víctimas de maltrato. Entre ellas se encuentran dos personas de color, un latino, y una nativa estadounidense.
La mayoría de los testimonios concuerda en que su método era someter, esposar y después arrodillarse sobre ellos, o ejercer presión en el cuello ya fuera con las piernas o los brazos.