La Peste Negra es la pandemia más mortal en la historia de la humanidad. Se estima que durante su pico, entre 1547 y 1551, murieron alrededor de 70 millones de personas entre Europa y Asia.
Y aunque nunca volvió a experimentar una ola tan devastadora como ésta, hubo brotes en distintas partes de Europa durante los dos siglos siguientes.
Esa pandemia, al menos en la velocidad de los contagios, puede ser comparada con la de Covid-19 y es inevitable pensar en lo que sucedió en la isla de Cerdeña en esos años.
Hace 440 años y siglos antes de la aparición de la medicina moderna, Quinto Tiberio Angelerio recomendó medidas para detener una enfermedad altamente contagiosa que hoy son insignificantes, pero que hasta ese momento eran inéditas.
Angelerio escribió un manual llamado Ectypa Pestilentis Status Algheriae Sardiniae, donde detalló las 57 medidas que tomó para detener la expansión de la peste. Entre las más notorias, se destacan la recomendación de mantener una distancia de dos metros con la gente, evitar el contacto de las manos y enviar a una sola persona por hogar para hacer compras.
Los registros históricos apuntan a que fue un marinero procedente de Marsella quien desencadenó el brote de la peste en la ciudad italiana de Alguer, situada en la isla de Cerdeña.
Al parecer sólo logró sobrevivir algunos días en Alguer, ya que la enfermedad estaba demasiado avanzada. Pero ese periodo fue suficiente para que comenzara a propagarse la epidemia que arrasaría con la ciudad.
A lo largo de los casi 8 meses que duró el brote, se estima que murió el 60 por ciento de la población de Europa.
La recomendaciones de Quinto Tiberio
Al final, la solución llegó de la mano de Quinto Tiberio Angelerio, que era un hombre de clase alta que había estudiado medicina en otra parte, ya que en esa época, Alguer no tenía facultad de medicina. Las recomendaciones fueron muchas, pero habían unas que fueron clave para terminar con la epidemia:
- Poner en cuarentena a los pacientes.
- Delimitar a la ciudad con un cordón sanitario, para que los contagios sólo se quedaran en esa pequeña región.
- No abandonar el hogar. Además prohibir las reuniones y celebraciones de santos.
- Mantener una distancia de dos metros entre las personas. Para eso usaron un bastón de esa medida, que servía para poder estar alejado de posibles personas contagiadas.