Las palabras clave en el mundo político estadounidense se resumen hoy en una fecha: 2016, "sí 2016 no hubiera ocurrido y los errores de encuesta no hubieran perdido las tendencias en favor de Donald Trump, hoy muchos estarían tranquilos", afirma David Brooks, excomentarista conservador que rompió con Trump desde 2016 y ha sido un crítico de su gobierno.
Y el propio Trump jugó con las preocupaciones e incertidumbres, al afirmar el sábado que pasarán semanas antes de que se sepa quién gane los comicios del martes.
Más allá de la retórica, que llevó a Trump y al demócrata Joe Biden a enzarzarse en un intercambio de insultos, el mandatario dijo que habrá una sorpresa y que ganará las elecciones, “Si 2016 no hubiera sucedido, pensaríamos, oh, esta será una victoria muy clara de Biden”, agregó Brooks en televisión.
Para The Washington Post y las cadenas de televisión es posible una prolongada campaña poselectoral, una en la que juicios y cuestionamientos legales puedan dar pie a mayor división en un país ya polarizado.
Son temores visibles en el anuncio de cierre de calles alrededor de la Casa Blanca y las cubiertas de madera en los ventanales de los negocios, en previsión de posibles disturbios.
Son miedos manifestados por grupos que temen que el presidente Trump y sus aliados “se roben la elección”, o por partidarios del mandatario a los que se les asegura que la elección de Biden sería un desastre para la ley y el orden en este país.
"Es angustioso", dice Daisy Morgan, una sicóloga cubana-estadounidense. De acuerdo con Gallup, 70% de los estadounidenses dice que el país sufrirá un daño permanente.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS / ENVIADO ESPECIAL
