El rebrote de coronavirus en Europa está retrocediendo en Alemania y Francia, lo que genera esperanzas de que los dos pesos pesados del continente estén comenzando a recuperar el control sobre la pandemia.
Pero las autoridades dijeron ayer que los hospitales están abarrotados y es probable que enfrenten más presión.
Países en toda Europa han implementado medidas de confinamiento más o menos drásticas en las últimas semanas para tratar de frenar el resurgimiento del COVID-19, mientras las cifras de contagios confirmados siguen superando récords.
El 2 de noviembre inició en Alemania un confinamiento de cuatro semanas. Cerraron los restaurantes, bares, instalaciones deportivas y de ocio, pero las escuelas y las tiendas siguen abiertas.
El centro nacional de control de enfermedades de Alemania –el Instituto Robert Koch– dijo que se registraron 21,866 casos nuevos en las últimas 24 horas en la nación de 83 millones de personas. Eso es menos que el récord de 23,399 establecido el sábado.
La vecina Francia, que ha confirmado más infecciones desde que comenzó la pandemia que cualquier otro país europeo, lleva dos semanas en una estricta cuarentena de un mes que tiene prácticamente a todos confinados.
FRENA OTRA LUCHA
Los esfuerzos para combatir la pandemia de COVID-19 bloquearon las campañas de vacunación contra el sarampión en dos docenas de naciones, afectando a 94 millones de personas, advirtieron la OMS y las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
La gravedad de la situación se aprecia frente a las estadísticas según las cuales en 2019 el sarampión mató a 207 mil 500 personas, un balance 50% superior al de cuatro años antes.
Por AP y EFE
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