A solo 84 kilómetros de la Ciudad de México, un pueblo mágico ofrece una mirada a la producción ancestral de una de las bebidas más famosas del país, el mezcal, el cual se elabora en pequeños palenques de forma artesanal.
Los fértiles campos de agave se pierden en el paisaje rural que se extiende a los costados de una carretera serpenteante, la cual asciende desde el casco histórico de Malinalco hacia zonas donde la naturaleza no ha sido perturbada durante siglos.
Al igual que otros municipios en Oaxaca, Guerrero, Michoacán o Guanajuato, esta zona del Estado de México está contemplada dentro de la denominación de origen mezcal, por lo que sus destilados pueden presumir orgullosamente este nombre.
El ingrediente secreto en la producción del mezcal es el tiempo. Los siete años que se tarda una planta de agave en tener la madurez necesaria para la cosecha, el proceso de jimado que sucede cuando se retiran las hojas, dejando solo las piñas, ricas en azúcares, o el horneado de las mismas, son mostradas ante la atenta mirada de los turistas.
El mezcal mexiquense tiene su propio carácter. A diferencia del oaxaqueño, más mineral y conocido en todo el mundo, el producido en Malinalco tiene notas marcadas a hierba, además de ser combinado con frutas de la región, como maracuyá, ofreciendo nuevas alternativas para brindar con su sabor.
El recorrido por los palenques se debe hacer con calma y gusto. Calma para entender el arduo proceso de fabricación que ha cambiado muy poco a lo largo de los siglos, y gusto para probar las variedades que se ofrecen en el sitio, las cuales resumen el esfuerzo de generaciones de mezcaleros que mantienen viva esta tradición.
¿Qué ver en Malinalco?
Nombrado Pueblo Mágico en 2010, este municipio mexiquense cuenta con atractivos para todos los gustos.
Si te gusta la historia, deberás saber que en este pueblo se encuentra la Zona Arqueológica de Cuauhtinchan, donde se dice que los guerreros águila y ocelote se graduaban en las artes de la guerra. Se trata de un complejo monolítico, único en América, donde se muestra la maestría que alcanzaron los pueblos originarios.
Los frescos del Convento de San Agustín no solo exhiben el grado de maestría alcanzado por los artistas locales, también fungen como un gran libro de botánica, puesto que están adornados con representaciones de plantas de la región.
Para los amantes de la adrenalina hay espacios donde se puede practicar ciclismo de montaña, senderismo, rappel o escalada, mientras que sitios como el complejo ecoturístico MaliKualli o Mali Emociones, las cuales ofrecen distintos paquetes que se adaptan a las necesidades de cada turista.
¿Qué comer y dónde dormir?
El mercado tradicional que se instala en el pueblo, además de los criaderos de truchas cercanos, son los lugares donde puedes degustar los sabores más tradicionales de esta localidad del Estado de México.
En el sitio existen hoteles para todos los presupuestos y tipos de turista. Desde los glampings de lujo hasta opciones más tradicionales, estos espacios suelen ofrecer experiencias complementarias que te harán apreciar de una manera distinta tu contacto con la naturaleza.
Malinalco se encuentra a solo dos horas de la Ciudad de México, por lo que es un destino ideal para el fin de semana. Allí encontrarás alojamientos con precios desde dos mil pesos por noche, además de menús en restaurantes de la región con costos que comienzan en los 100 pesos.