Limpiar en casa demanda tiempo y, en gran parte de los casos, frustración. Es que puede suceder que la superficie limpiada no quede como nosotros esperamos, más todavía si se trata el espejo. Esto se debe a que el vidrio suele quedar con marcas, más allá de que hayamos realizado una perfecta limpieza. Es por ello que te diremos cuál es el truco perfecto para que los espejos de casa no te queden marcados.
Los intentos fallidos de para limpiar bien un espejo se deben fundamentalmente a que comentemos errores al momento de aplicar el limpia vidrios, la bayeta elegida o la técnica implementada. Por lo tanto, te ahorraremos tiempo y te diremos cuál es el truco efectivo para que tus espejos no tengan rastro alguno de suciedad.
El secreto radica en la forma en la que movemos el paño sobre el espejo, sumado a la elección del paño adecuado. Es que según expertos, una bayeta de microfibra será perfecta para limpiar la superficie, superando al papel de cocina o diario. Mientras que en lo que respecta al limpia cristales, el modo en el que lo aplicamos y la cantidad utilizada también afectan al resultado final ya que es importante hacerlo sobre la bayeta en cantidades pequeñas.
El truco para limpiar el espejo te dará un resultado tan efectivo que saldrás a contárselo a todos. Primero deberás doblar la bayeta de microfibra en cuartos, teniendo así cuatro superficies limpias para trabajar y darle vuelta al paño según se necesite, sabiendo que se está usando una parte limpia. Luego se deberá comenzar por la esquina superior izquierda y arrastra la bayeta hasta la esquina superior derecha, luego desciende y muévela hasta el lado izquierdo del espejo. Continúa con este zig zag hasta llegar a la parte inferior del espejo.
Esto es lo que los expertos en limpieza llaman 'Patrón en S' y, a diferencia de los movimientos circulares para limpiar el espejo, esta alternativa es la mejor porque no se vuelve a depositar suciedad y polvo en las áreas ya limpias. Para finalizar el truco, deberás comprobar que no haya marcas mirando el espejo en un ángulo de unos 45 grados. Si todavía queda algún rastro, utiliza una esquina limpia de la bayeta humedecida con alcohol. Este líquido seca rápido y te aseguras que no deja rastro alguno.