Con la pregunta inicial de ¿por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?, la periodista Élisabeth Cadoche y la psicoterapeuta Anne de Montarlot, exploran en “El síndrome de la impostora” (Planeta, 2021) los orígenes históricos, culturales y familiares del síndrome y que se traduce en falta de confianza de las mujeres en sí mismas.
En entrevista para Mente Mujer, las autoras señalaron que el síndrome de la impostora se traduce en un sentimiento de no ser suficiente en cualquiera de los ámbitos: personal, laboral o emocional de las mujeres. También aseguraron que “no importa qué tan poderosa, millonaria o triunfadora seas, este síndrome siempre puede estar presente y llegar para arruinar tus planes de vida”.
“Las mujeres en la historia son madres silenciosas o amas de casa invisibles “, aseguraron las autoras, razones por las que hace muy difícil que se identifiquen con figuras femeninas sobresalientes y que se sientan orgullosas.
Con relación al origen social, la periodista y la psicoterapeuta estuvieron de acuerdo en que las mujeres son víctimas de una presión social llena de exigencias físicas y amorosas en las que se imponen estándares de belleza y de relaciones con “príncipes azules” como sus únicas aspiraciones y fuentes de autoestima.
La ausencia de desconfianza en sí mismas se traslada al ámbito familiar. “En el seno de la familia es común que se les eduque para ser madres o esposas, y a los hijos a ser jefes y a estar a cargo de las situaciones. Y entonces creces como una niña que aspira a tener un príncipe azul y jamás te sientes lista para tomar las riendas de tu vida”, aseguraron.
UNA FORMA DE PENSAR
El síndrome de la impostora no es una enfermedad, sino un sentimiento y una forma de pensar paralizada y prolongada que puede modificarse. En el libro, que además comparte historias reales sobre mujeres que han padecido del síndrome en algún momento de su vida, brinda consejos sobre cómo luchar contra el sentimiento de impostura.
Entre ellos, las autoras escriben sobre lo importante que es hablar sobre la falta de confianza y no sentir vergüenza al respecto; olvidarse de la idea que se debe ser invulnerable y abrazar la idea de la vulnerabilidad, y acerca de practicar la compasión hacia sí misma y reconocer la resiliencia después de sobrevivir a los errores.
Además de identificar en cada mujer cualquier indicio de impostura, las expertas enfatizaron la importancia de que las mujeres no se disculpen por decir o pensar lo que hacen; aceptar cumplidos personales y profesionales sin excusarse y dedicar tiempo en especial para apreciarse y amarse en lo individual.
¿Cómo identificar si padeces del síndrome de la impostora?
- Baja autoestima.
- Tienes la impresión de no merecer tu éxito, que atribuyes a la suerte o al azar.
- Cuanto más éxito consigues, más crece tu ansiedad.
- Te preguntas continuamente si mereces lo que tienes.
- Si obtienes un ascenso, crees que fue por suerte o porque no notaron tus fallas.
- Comparas tus acciones o tus logros todo el tiempo.
- Sientes vergüenza por cosas que dices o haces.
- Insatisfacción permanente.
- Falta de seguridad personal.
- Inseguridad por anteriores experiencias vividas.
- Ansiedad, tristeza, depresión, desesperanza.
- Incredulidad en las propias capacidades.
Las consecuencias del Síndrome Impostor
- Miedo a ser descubierto como un impostor.
- Incapacidad para disfrutar lo logrado.
- Sensación de que todo se puede hacer mejor, de no haberse esforzado lo suficiente.
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