Su bebé va a nacer por cesárea, viene muy grande”; “al nacer sufre menos el producto que si pasa por el conducto vaginal”; “los dolores de parto pueden durar hasta 24 horas, ¿va a aguantar?”; “aprovechamos para cerrar la fábrica (de bebés)”; “por el COVID-19 es mejor la cesárea, entre menos tiempo permanezca en el hospital, mejor”, y así, una lista interminable de argumentos falsos que muchos obstetras dan a sus pacientes, y que terminan en intervenciones quirúrgicas innecesarias que comprometen la salud de mujeres y de niños.
En México, la situación es alarmante, desde el año 2000 todas las entidades federativas, a excepción de Chiapas y Oaxaca, rebasan el límite máximo recomendado para la práctica de cesáreas, por lo que el país se sitúa en el cuarto lugar a nivel mundial, después de China, Brasil y Estados Unidos, con el mayor número de “cesáreas innecesarias”, denunció la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados.
Las mujeres con estratos económicos altos corren más riesgos de ser sometidas a cesáreas que no se requieren y durante la pandemia se incrementó la práctica, debido a que muchos de los médicos no querían permanecer tanto tiempo en los hospitales privados y preferían atender a sus pacientes en horas de consulta.
Pero no sólo influye el nivel socieconómico, también muchas de ellas prefieren la cesárea porque son primerizas, otras porque han decidido ser mamás después de los 35 años o más y porque les han hecho creer que así sus bebés correrán menos riesgos al nacer.
Luis Antonio Ramírez, director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), opinó que tienen un programa para reducir lo más posible la realización de cesáreas.
Sin embargo, dijo, ha sido un desafío para los médicos del instituto; así que desde el área social a cada mujer le informan “que tiene el derecho fundamental de recibir atención prenatal apropiada; que tiene un papel central en todos los aspectos de esta atención, incluso participar en la planeación, realización y evaluación de la atención; y que los factores sociales, emocionales y psicológicos son decisivos en la comprensión e instrumentación de la atención prenatal apropiada”.
Según un reciente estudio publicado en la revista médica The Lancet, el número de cesáreas casi se ha duplicado en 15 años, hasta alcanzar proporciones "alarmantes". La cifra subió de unos 16 millones de cesáreas en 2000 (un 12% del total de partos) hasta 29,7 millones en 2015 (21%). Para 2021, el 50% de los alumbramientos son por cesárea.
Patricia Zedillo, educadora perinatal y fundadora del Centro de Maternidad Luperca, opina que como mujeres hay que prepararnos para el alumbramiento.
“Si una mujer está empoderada, no necesita tener una guía de cómo moverse, eso se lo dicta su instinto y no es necesario intervenir en el desarrollo natural de traer un bebé al mundo”.
LOS RIESGOS
Si bien, una cesárea puede salvar la vida tanto de la madre como del bebé si, por ejemplo, el feto está en una posición complicada o si el parto no se desarrolla como debiera ser, también implica riesgos.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la cesárea puede afectar de forma negativa a los futuros embarazos, aumentando las probabilidades de infertilidad secundaria y elevando el riesgo de aborto espontáneo, rotura uterina y placenta previa.
También está el riesgo de padecer hemorragias, lesiones en el útero, recibir transfusión sanguínea, tener complicaciones postoperatorias, depresión postparto, pues es más alto que cuando se da a luz de manera natural. Incluso, hay varios estudios que han demostrado menos éxito en la lactancia materna.
Patricia Zedillo menciona que la programación de una cesárea innecesaria antes de tiempo puede derivar en problemas para el bebé, que impactan directo su capacidad para respirar.
Además, los bebés que nacen por cesárea tienen exposiciones hormonales, físicas, bacterianas y médicas diferentes a las que se dan durante el parto natural, lo que puede alterar su salud.
Los efectos a corto plazo incluyen cambios en el desarrollo inmunológico en los bebés que pueden aumentar el riesgo de alergias y asma, así como alterar las bacterias en los intestinos.
VA EN AUMENTO
La intervención quirúrgicase ha duplicado en 15 años.
MAPA MUNDIAL:
En más de la mitad de los países se recurre en exceso a la cesárea.
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32.9% ESTADOS UNIDOS
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58.1% REPÚBLICA DOMINICANA
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55.5% BRASIL
- 50% MÉXICO
- 50.7% de los partos entre 2013 y 2018 han sido programados.
- Estiman que 50% de cesáreas que se realizan en el país son innecesarias.
¿CUÁNDO SE OPTA POR este recurso?
- Embarazos múltiples.
- Colocación
- Inadecuada del bebé.
- Registro del sufrimiento fetal.
- La madre es VIH positivo.
RIESGOS DE UNA CESÁREA
- Multiplica por ocho los riesgos de muerte de la madre
- Crece 120% la posibilidad de un mal respiratorio del bebé.
- Se reduce la recuperación de la madre tras la intervención.
- Demora la bajada del calostro (primera leche materna)
¿Por qué se deciden por la cesárea?
- Temor al dolor por parto natural.
- Sugerencia del médico.
- Presiones sociales.
- Para imponer la fecha de nacimiento del bebé.
LAS REGLAS
La Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993 establece lineamientos a todas las unidades médicas obstétricas.
El índice ideal es de 15% de cesáreas en hospitales de segundo nivel, y 20%, en los de tercer nivel respecto del total de nacimientos.
"No es satanizar intervenciones, es tener conocimientos de cuándo se necesitan (las cesáreas)”. PATRICIA ZEDILLO, educadora perinatal
Fuente: OMS
PAL