Una de las razones por las que las personas tienden a subir de peso son los malos hábitos. Al igual que con los gastos hormiga, la gente no suele dimensionar lo que un antojito o dulce puede hacerle a su cuerpo.
Bajo el pretexto de "me lo merezco" como recompensa por una semana estresante o un haber pasado un examen, cada vez son más las personas que se suman a las filas de la obesidad.
No controlar estas costumbres puede afectar a la gente en medidas insospechadas, razón por la que surgió la dieta de la moneda, una forma con la cual requiere de mucho compromiso, pero puede ayudar a quien ya ha probado con todos los regímenes alimenticios.
¿Qué alimentos te hacen más daño?
Los hábitos son acciones que se llevan a cabo de manera sistemática, cosechar un hábito es un proceso que lleva entre 21 y 66 días. Aunque parezca un camino difícil y largo, el compromiso que cada uno tenga con un objetivo puede ayudar a mejorar su estilo de vida.
En eso se basa la dieta de la moneda, en establecer costumbres por medio del azar y de las ganas que tengan las personas por superarse a sí mismas para bajar de peso. Antes de explicar los pasos, es necesario recordar que hay al menos 17 alimentos de fácil acceso relacionados con la obesidad.
- Azúcar.
- Frituras.
- Alimentos empanizados.
- Helados.
- Cereales.
- Embutidos.
- Dulces
- Pan dulce.
- Pizza.
- Jarabes, cajetas y nutella.
- Catsup.
- Barras de cereal.
- Néctares de fruta / Refrescos / jugo de naranja.
- Galletas.
- Cafés y chocolates azucarados.
- Tacos.
- Tortas y hamburguesas.
Pese a que hay más comidas que pueden hacer daño, estas son las más frecuentes a la hora de ir a una tienda o a un centro comercial, por lo que se debe inhibir el consumo de éstas.
¿En qué consiste la dieta de la moneda?
Para llevar a cabo este desafío alimenticio, únicamente necesitas una moneda y un calendario. En este último debes marcar una separación que se lleve a cabo cada 21 días. Esto dará como resultado que en un año hayas hecho marcas para al menos 17 días.
Cada vez que llegue esta fecha debes elegir dos alimentos de la lista. La recomendación está en que sean los que menos tiendas a consumir y a cada uno le asignarás un lado de la moneda.
Dependiendo de lo que caiga, abandonarás el consumo total de ese alimento por los próximos 21 días. Este será tiempo suficiente para que te acostumbres a vivir con él. Posteriormente, seguirás haciendo lo mismo con los demás elementos de la lista.
Es importante que antes de sumarte a este reto consultes a un nutriólogo para saber si tu cuerpo está preparado para cumplir con él, ya que cada organismo puede reaccionar de manera diferente a la falta de algunos nutrientes.
GDM