Las mujeres padecen el estrés mucho más que los hombres, según recientes investigaciones científicas, y más aún en tiempos de pandemia. Dicha afirmación la ha difundido el neurocientífico Alon Chen, quien actualmente es el presidente del Instituto Wiezmann de Ciencias, en Israel. Lamentablemente las integrantes del género femenino sufren más que los masculinos un problema de salud grave que puede desencadenar en otras enfermedades más complejas tales como accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.
El especialista participó en las últimas semanas de una conferencia en la Fundación Ramón Areces, que trabajó acerca de los misterios de la mente humana de cara al funcionamiento del cerebro y las ciencias neuronales en el futuro inmediato y confirmó que las mujeres son más propensas a las afecciones que generan el estrés, por lo tanto se deberá trabajar en investigaciones que ofrezcan soluciones a estos problemas mentales.
El argumento de que el estrés repercutiría más severamente en los hombres está centrado en una investigación que realizó el propio Chen junto a 40 profesionales de la salud. El trabajo se centró en los procesos biológicos mediante los cuales se desarrolla el estrés en los seres humanos, como así también en los distintos mecanismos que son activados por dicho estado mental dentro del cerebro. En consecuencia, el resultado fue categórico para las mujeres.
En este sentido, el experto dejó una reflexión contundente que se refiere a lo esencial que es el cuidado del cerebro y sus afecciones, especialmente en mujeres: “En estos dos últimos años de pandemia nos hemos dado cuenta de lo importante que es la salud mental, más aún tras revisar los últimos datos de suicidios y cómo ha afectado a todas las capas de la población, provocando síndromes postraumáticos”.
La investigación en concreto reveló que la salud mental y el estrés en las mujeres están íntimamente relacionados a su instinto maternal, ya que se preocupan más que sus parejas, maridos o novios. Ejemplificando, el científico propuso dos casos: “Si pensamos en una mujer embarazada que vive en una zona en guerra, ella está preocupada todo el tiempo en cómo sobrevivirá ese bebé en el conflicto y se lo va transmitiendo”, mientras que si el parto se produce en una ciudad tranquila “Durante esos nueve meses el bebé ha sido diseñado para estar atento, alerta a cualquier peligro; lo que puede generarle desde un principio un déficit de atención, no ha sido diseñado para estar ocho horas sentado”. Además otro factor esencial es la situación económica de la familia, que causará estrés en las personas de género femenino.