La lavanda es una de las plantas aromáticas más conocidas alrededor del mundo no solo por su forma, sino por la belleza de sus flores que, además cuentan con sorprendentes propiedades. Su olor y color son característicos y valorados en industrias como perfumería, cosmética y medicina natural. Utilizada en productos como aceites esenciales o infusiones, esta planta no solo reduce su presencia a mero objeto decorativo.
Con elementos como el aceite de alcanfor, taninos o flavonoides, la lavanda tiene propiedades importantes para el organismo, especialmente en lo que respecta al sistema nervioso, pues esta planta tiene un impacto significativo en la reducción de cortisol, la hormona del estrés. Bajo esta misma línea, la lavanda también es una excelente aliada para combatir la ansiedad y los problemas de sueño.
Efecto calmante
De acuerdo con diferentes estudios, la lavanda tiene un efecto calmante sobre la mente y las emociones, lo que resulta clave para combatir la ansiedad. Con efectos sedantes, la lavanda también ayuda a dormir mejor. Otro de sus beneficios son sus características antiinflamatorias, mismas que ayudan a mejorar la digestión y solucionar problemas intestinales como cólicos o gases.
Sus propiedades también son frecuentemente utilizadas para la aromaterapia, pues ayuda a disminuir la agitación nerviosa y los calambres. Sin embargo, deben tomarse en cuenta las contraindicaciones de esta planta, pues no está recomendada para personas con colitis ni gastritis. Según las personas especialistas, también está completamente contraindicada para personas que sufren de epilepsia y mujeres embarazadas.
¿Cómo preparar una infusión de lavanda?
Si quieres poner a prueba los beneficios mencionados anteriormente, lo mejor que puedes hacer es preparar una infusión con las flores de la lavanda. Lo primero que debes hacer es dejar que se sequen de manera natural para después, como ocurre con cualquier otro té, sumergirlas en agua hirviendo. Déjalas reposar durante 10 minutos y estará lista para ingerirse. Puedes consumirla fría o caliente.