Además de que los famosos mexicanos son amados por el público debido a su carisma, gracias a las redes sociales podemos conocer una parte de su vida cotidiana ya que muchos usan esta plataforma para compartir con sus seguidores algunas cosas que hacen en su día, regalándole tips a sus fans. Es así como Paola Rojas es una de las figuras más respetadas en la televisión mexicana, es por ello que muchos de sus seguidores recurren a ella para saber sobre algún tema y una de las tendencias que más ha sorprendido al público fue su baño con agua helada.
Y es que este método se ha vuelto muy popular ya que desde hace un par de meses muchas celebridades han compartido su experiencia en esta nueva terapia llamada crioterapia de cuerpo entero, que se ha vuelto una práctica que se ha popularizado por sus posibles beneficios para la salud y el bienestar, debido a los múltiples beneficios que trae para la salud y si tú también quieres probar esta nueva terapia, aquí te platico un poco más de ella.
¿Qué beneficios tiene sumergirse en agua helada?
De acuerdo con los especialistas en este tema, los baños de hielo, también conocidos como inmersiones en agua fría o crioterapia, implican sumergirse en agua a temperaturas heladas, generalmente entre 8 a 10 a 15 ºC, por un período de 10 a 20 minutos. Esta técnica se ha popularizado en el ámbito deportivo, siendo comúnmente realizada después de sesiones intensas de entrenamiento o competiciones y aunque los expertos no han establecido reglas específicas sobre la temperatura exacta o el tiempo de inmersión, es fundamental entender los posibles efectos y precauciones asociadas con esta práctica. Algunos de los beneficios estudadiados han sido:
- Reducción de la inflamación y recuperación muscular: la exposición al frío puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar los músculos adoloridos, muchos atletas utilizan baños de hielo para acelerar la recuperación después de entrenamientos intensivos y competiciones.
- Mejora de la circulación sanguínea: la exposición al frío puede estimular la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a mejorar la función cardiovascular y la oxigenación de los tejidos.
- Alivio del dolor: el frío puede tener un efecto analgésico y aliviar el dolor, especialmente en áreas donde hay inflamación o lesiones musculares.
- Aumento de la energía y mejora del estado de ánimo: algunas personas encuentran que sumergirse en agua fría les proporciona un aumento de energía y mejora su estado de ánimo debido a la liberación de endorfinas y la estimulación del sistema nervioso.
- Estimulación del sistema inmunológico: algunos estudios sugieren que la exposición intermitente al frío puede aumentar la producción de células inmunes y fortalecer el sistema inmunológico.
- Pérdida de peso: se ha sugerido que la exposición al frío puede activar la grasa marrón, un tipo de grasa que quema calorías para generar calor y mantener la temperatura corporal.
Es importante recordar que la exposición al frío extremo o la permanencia prolongada en bañeras de hielo pueden tener riesgos, como hipotermia o lesiones en la piel, por lo que es esencial practicar esta técnica de manera segura y bajo supervisión adecuada, especialmente si es algo que no estás familiarizado con o tienes condiciones médicas preexistentes, por lo que es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de realizar cualquier práctica de este tipo, por lo que algunas consideraciones que debes tener en cuenta son:
- Consultar con un profesional de la salud: antes de realizar cualquier terapia de frío, es importante hablar con un médico o un profesional de la salud, especialmente si tienes condiciones médicas preexistentes, como enfermedades cardíacas, problemas circulatorios o sensibilidad al frío.
- Tiempo y frecuencia adecuados: es esencial no exagerar y limitar el tiempo en el baño de hielo a períodos cortos, generalmente de 10 a 20 minutos, la frecuencia también debe ser adecuada, y no es recomendable hacerlo diariamente en sesiones prolongadas.
- Gradualidad: es fundamental acostumbrar al cuerpo gradualmente al frío, comenzando con agua a temperaturas más moderadas antes de avanzar hacia el agua fría o el hielo.
- Evitar en ciertos casos: la crioterapia no se recomienda para personas con presión arterial alta no controlada, trastornos circulatorios graves, problemas cardíacos graves o cualquier afección que pueda empeorar con la exposición al frío.
- Monitorización de la temperatura corporal: durante la inmersión en agua fría, es importante estar atento a la temperatura corporal y salir del agua si se siente demasiado frío.
- Hidratación y calentamiento posterior: después de la inmersión en agua fría, es esencial hidratarse adecuadamente y calentarse con ropa abrigada para evitar enfriamientos.
Recuerda que cada persona es diferente y puede reaccionar de manera distinta a la crioterapia, es crucial escuchar a tu cuerpo y ajustar la práctica según tus necesidades y sensaciones personales, siempre es recomendable buscar orientación médica antes de incorporar nuevas prácticas a tu rutina de bienestar.
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