En el Cine Mexicano hay cientos de cintas que han destacado por sus inquietantes temáticas, pero también por sus historias detrás de cámaras, como esta película que llevó a su director a la cárcel, además de a parte del equipo de producción y hasta algunos actores.
"La Risa de la Ciudad" es una cinta que se estrenó en mayo de 1963. Estelarizada por Joaquín Cordero -el único galán de Época de Oro que se peleó con Pedro Infante-, además de la guapa Alma Delia Fuentes y José Elías Moreno, producida por Cinematográfica Jalisco.
Cuál es la historia de "La Risa de la Ciudad"
La película refleja el contraste de una Ciudad de México, en aquel momento Distrito Federal, en pleno crecimiento. En esta se cuenta la historia de Don Tencho (José Elías Moreno), un anciano que vive en el asilo y descubre el paradero de su nieto perdido, quien trabaja como payaso callejero.
Escapa del asilo para ir a buscar a Beto (Joaquín Cordero), novio de Leti (Alma Delia Fuentes). Con el pretexto de no tener donde vivir, Tencho se queda en el jacal de su nieto, aunque esté no sabe sobre su parentesco. En la zona habitan payasos, tragafuegos y cirqueros, así como hombres pobres y con problemas de alcohol, como el papel que interpreta Adalberto Martínez "Resortes", actor que murió de una terrible enfermedad.
Don Tencho busca convencer a los habitantes de cambiar algunos hábitos para tener una mejor vida, pues son constantes los intentos del gobierno por desalojar a los paracaidistas del asentamiento, hasta que un día, se incendia un almacén de fuegos artificiales, dejando heridos y muertes; tras ese suceso, los habitantes pierden casi todo.
La película llevó a su director a la cárcel
Para la filmación de la película se utilizaron diferentes locaciones icónicas de la Ciudad de México, entre ellas, la Basílica de Guadalupe y Ciudad Universitaria de la UNAM. Su director fue Gilberto Gazcón de Anda, quien debutó en 1957 con la cinta "El boxeador".
Se cuenta en el Diccionario de Escritores, que cuando se grabó el incendió de la ciudad perdida ficticia, ubicada en un predio de Avenida Universidad, esto se hizo sin permiso de las autoridades, para dar mayor realismo a la película, sin embargo, como consecuencia, su director fue detenido.
"Era una noche de abril de 1962 y se encontraban filmando en un predio de la ciudad perdida (...). Inmediatamente después de que todo estuvo cuidadosamente preparado, las dramáticas escenas necesarias para darle realismo suficiente a la película se filmaron y juegos artificiales se hicieron explotar por doquier provocando un gran incendio", relatan también en la cuenta de Instagram "México Fílmico".
Las escenas fueron del gusto de Gilberto Gazcón, pero en poco tiempo llegaron al lugar bomberos, policías y decenas de curiosos. Aunque el director explicó que todo era parte del rodaje de la película, no pudo comprobar la autorización para incendiar el predio, por lo que fue puesto a disposición del Ministerio Público.
De acuerdo a lo que se sabe, el delito que cometió el director fue el de provocar un incendio y no tener los papeles de autorización por parte de la ciudad, y aunque sólo pasó 24 horas en la cárcel, fue una experiencia que sin duda marcó al joven cineasta, quien quedó en libertad con el pago de una multa.
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