Lilia Prado, una de las actrices del cine de oro más reconocidas por su talento, cumple 16 años de fallecida este 22 de mayo. Sin embargo, a varios años de su muerte, el legado que dejó en la pantalla la mantiene en la memoria del público mexicano.
A lo largo de su carrera, la actriz mexicana no solo destacó por sus dotes en la actuación. También fue ampliamente reconocida por su belleza, pese a que murió sin pareja ni hijos.
La mujer que fue una gran amiga de Pedro Infante nació un 30 de marzo de 1928 en Sahuayo Michoacán. Desde muy pequeña comenzó a mostrar un interés por la industria del espectáculo. En un primer momento se enfocó en el circo y poco después intentó ser bailarina. Sus primeros pasos por los escenarios no fueron muy exitosos, lo que la llevó a abandonar ese sueño y trabajar como telefonista.
Con tan solo 18 años, Lilia Prado ganó su primer concurso de belleza y participó en la película "La Barca de Oro" en 1947 junto a Pedro Infante, además de estar en filmes como "Soy charro de rancho grande" de ese mismo años y "Tarzán y las sirenas" de 1948.
Hasta ese momento, la actriz había tenido solo papeles secundarios en las películas, pero sus primeros protagónicos los obtuvo en "Confidencias de un ruletero", al lado de Adalberto Martínez "Resortes", "Las mujeres de mi general" y "Gavilán pollero", donde compartió créditos com Pedro Infante.
En cuanto a estudios, Lilia Prado ingresó al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), pero nunca llegó a culminar con la carrera. Sin embargo, sí incursionó en el teatro con puestas en escena como "La prostituta respetuosa" en 1952, "La mujer, el marido y la muerte" (1959) y "Juguete para un matrimonio" (1970).
¿Qué fu de Lilia Prado?
Pese al gran éxito y premios que obtuvo, como el que le otorgó el Festival Internacional de Cine de Panamá, la actriz mexicana nunca decidió casarse ni tener hijos. Los últimos años de su vida tuvo que tener movimiento controlado por problemas en los pies.
A los 78 años, Prado sufrió una falla renal que terminó por quitarle la vida el 22 de mayo de 2006, años desde el cual sus restos descansan en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.
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