Previo a convertirse en uno de los galanes más codiciados de las telenovelas mexicanas, Eduardo Yáñez enfrentó obscuros momentos de necesidad monetaria, los cuales lo orillaron a trabajar desde muy joven.
Sin embargo, de acuerdo con el actor, esto lo ayudó a entender que hay que luchar por lo que se quiere en la vida, ya que todo lo bueno cuesta y nunca hay que dejar que la fama te haga olvidar quien eres.
"Que no se te suba (la fama), un alfiler te pica y te va a doler como a cualquier otro ser humano (...) Lo importante es ser honorable y decir la verdad", expresó Eduardo Yáñez en 'El minuto que cambió mi destino'.
No de en balde, hoy en día quien fuera uno de los protagonistas masculinos de 'Fuego en la Sangre' es uno de los hombres más asediados por los productores mexicanos, quienes aún quieren que encabece proyectos televisivos.
Pero antes de que las propuestas actorales comenzaran a emerger, Eduardo Yáñez tuvo que desempeñarse trabajando en diversos empleos, los cuales a pesar de ser muy honorables, distan mucho de las actividades laborales que realiza hoy en día.
Desde ser mesero, hasta trabajar en una tortillería y vender gelatinas, en entrevista con Gustavo Adolfo Infante, Eduardo Yáñez recordó con nostalgia lo complicada que era su situación económica durante su juventud. Misma que lo orilló a trabajar desde que apenas era un niño:
"En tiempos de vacaciones de la escuela, de primaria, me tocaba trabajar un poco, me tocó (...) vender gelatinas, vender paletas, bolear zapatos y luego acompañar a mi mamá cuando le tocaban esos turnos impresionantes de 48 horas de trabajo por ocho de descanso (en la Cárcel de Lecumberri)", relató el histrión.
Sin embargo, cuando ya era un muchacho, fue justamente gracias a su trabajo en una tortillería que logró conocer a quien posteriormente se convertiría en su primera esposa y quien, según mencionó, lo enamoró con sus hermosos ojos.
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"Dormía en Lecumberri": Eduardo Yáñez pasó parte de su niñez con su madre en la cárcel