Luego de ver pasar las horas y los días, Vicente Fernández Jr. finalmente fue liberado por sus secuestradores, luego de que su padre, 'El charro de Huentitán' pagara un rescate millonario.
Tanto él como Doña Cuquita esperaban con ansias el momento en el que vieran entrar a su primogénito por la puerta de acceso al rancho de 'Los Tres Potrillos', sin embargo, conforme el reloj avanzaba, un terror se apoderaba de ellos y la duda de si habían soltado o no a su hijo crecía a medida que sonaba el kármico "tic tac".
Pero luego de toda una travesía, Vicente Fernández Jr. finalmente pudo volver a casa después de que fue abandonado por sus captores en una carretera y recibió el apoyo de un conductor que le dio un aventón a un pueblo cercano donde pudo abordar un taxi, vehículo que al fin lo llevaría con sus padres.
En su rancho vio primero a su padre, quien con lágrimas en los ojos lo recibió con los brazos abiertos y besos en las manos que ahora carecían de algunos dedos, a causa de las torturas que le propiciaron sus secuestradores.
Por su parte, Doña Cuquita pudo tener otra imagen de su hijo, quien con el objetivo de no espantarla, se presentó ante ella más sereno y relajado, lo cual poco sirvió para ocultarle sus pesares a su madre.
Según lo planteado en 'El Último Rey', una vez que Vicente Fernández Jr. volvió a su hogar, la alegría volvió a reinar en la mesa que decorada con diversos platillos, esperaba a ser devorada por el recientemente liberado.
Y un platillo que no podía faltar en el recibimiento de Junior, eran justamente los taquitos de pastor, platillo que de hecho, figura como uno de los favoritos del hijo de Vicente Fernández.
La encargada de este majestuoso festín fue su propia madre, Doña Cuquita, quien con mucho cariño y sazón cocinó para la luz de sus ojos, misma que aquel día volvió a iluminar su vida.
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¿Vicente Fernández 'fichó' en cabaret de joven? Esto se dijo en 'El Último Rey'