Muchos de los actores más destacados del Cine de Oro pudieron tener una profesión completamente distinta a la actuación, como es el caso de este galán que se negó a ser cura para seguir sus sueños y convertirse en histrión, triunfando no sólo en México, pues también fue reconocido en Hollywood.
Eduardo Sobrino Noriega nació en la Ciudad de México el 25 de septiembre de 1916. Hijo de Ángel Sobrino y Pilar Noriega, tuvo una hermana mayor. Juntos emigraron a los Estados Unidos, específicamente a Saint Louis, Missouri, donde el futuro actor comenzó sus estudios y aprendió inglés.
De acuerdo con el cronista, Paco Macías, Eduardo tenía un gusto especial por el cine desde que era niño, por lo que en cada oportunidad veía las películas de sus ídolos, como las cintas románticas de Rodolfo Valentino, considerado el primer latin lover de Hollywood.
Se negó a ser cura para cumplir sus sueños
Después de pasar sus primeros años de vida en Estados Unidos, la familia regresó a México, y los padres de Eduardo Noriega, como también fue conocido en el ambiente artístico, deseaban que su hijo estudiara en una escuela de curas, pues anhelaban dicha actividad para él, sin embargo, el joven no aceptó.
Ya en la adolescencia, Noriega ingresó a estudiar artes plásticas en la academia de San Carlos de la UNAM, y su debut como actor llegó en 1939, en el antiguo teatro Hidalgo. Poco tiempo después inició su carrera en el séptimo arte, en el año 1941, con la cinta "La liga de las canciones" de Chano Urueta, a la que le siguieron pequeñas intervenciones en otras películas.
Eduardo Noriega triunfó en Hollywood
Después de algunos años de no lograr estelarizar una cinta en México, Eduardo Noriega recibió en 1945 un contrato para trabajar en Hollywood, etapa en Estados Unidos en la que destacó por sus actuaciones al lado de importantes figuras de aquel país, como: John Wayne, Shirley Temple y su compatriota Anthony Quinn, actor originario de Chihuahua que también triunfó en EU.
Eduardo regresó a México, y fue el director Fernando de Fuentes quien le ofreció el papel antagónico de "Allá en el rancho grande" (1949), cinta protagonizada por Jorge Negrete y la bella actriz Lilia del Valle. Película a la que le siguieron otros importantes proyectos como "La familia Pérez" (1949), junto a Joaquín Pardavé y Sara García.
Pero su gran oportunidad para protagonizar una cinta en nuestro país llegó con "Ladronzuela" (1949), la última cinta en la que participó Blanca Estela Pavón antes de su trágica muerte, pues recordemos que la actriz falleció en un accidente de avión, al igual que su amigo Pedro Infante.
Noriega filmó cintas junto a importantes actrices del Cine de Oro de México, como María Félix, Miroslava Stern y Dolores del Río, alternando su trabajo en Estados Unidos y su tierra, en la que ha sido reconocido por su larga trayectoria, con decenas de cintas filmadas.
Eduardo Noriega se casó dos veces, la primera con la también actriz Donna Lee Mumaw, con quien procreó a sus cuatro hijos: Eduardo, Ricardo, Laura y Esteban, este último murió joven al sufrir un trágico accidente. Después de unos años se divorciaron. Su segunda esposa fue María Herlinda Celis.
El actor se mantuvo vigente en las décadas posteriores con papeles de menor importancia. También incursionó en la televisión con melodramas como "Abrázame muy fuerte", "Mariana de la noche" y "La esposa virgen", que representó su último trabajo, pues Eduardo Sobrino Noriega falleció poco antes de cumplir 91 años de un infarto masivo al corazón el 14 de agosto de 2007.
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