La escena cómica de la Época de Oro del Cine Mexicano estuvo ampliamente dominada por hombres, sin embargo, Niní Marshall, actriz nacida en Argentina, logró incursionar de buena manera en este género en el que participó en diferentes producciones junto a otras estrellas de la comedia, por lo que en esta ocasión recordamos algunos aspectos que pocos saben acerca de la carrera de esta simpática actriz que llegó a tierras aztecas luego de haber sido exiliada de su país por problemas políticos.
Marina Esther Traveso es el nombre real de la actriz mejor conocida como Niní Marshall, quien nació el 1 de junio de 1903 en Buenos Aires, Argentina, sus padres eran inmigrantes españoles y se sabe que desde muy temprana edad mostró un interés natural por el medio artístico pues a los cuatro años participó en su primera obra de teatro y aunque solo fue un evento escolar, sirvió para que se descubriera su vocación.
Durante su adolescencia, Marina Esther Traveso comenzó a desarrollar diversos personajes, pero todavía no se decidía a dedicarse de lleno al entretenimiento por lo que decidió estudiar Filosofía y Letras, pero su carrera se vio interrumpida cuando contrajo matrimonio y tuvo a la que sería su única hija, Ángela Dora, años más tarde se divorció e inició a trabajar como redactora en una publicación semanal donde su rol era escribir artículos de todo tipo, entre ellos, sátiras e historias de humor ácido, textos que le empezaron a dar cierta popularidad.
En los años siguientes y gracias a la insistencia de otras personas que sabían de sus cualidades artísticas, incursionó en la música y se le abrieron las puertas del espectáculo de par en par, por lo que poco después y casi de manera natural se inició en la actuación donde desde sus inicios se decantó por la comedia realizando diferentes personajes con los que se consolidó en la farándula argentina, fue durante esta época donde nuevamente se casó y adoptó el nombre artístico de Niní Marshall.
Exilio la lleva a triunfar en México
A principios de la década de 1940, Niní Marshall ya estaba consolidada como una de las máximas estrellas cómicas del cine argentino y en los años siguientes participó en decenas de películas haciendo una gran cantidad de personajes con los que logró crear un sello personal, sin embargo, en plena cumbre del éxito, el cine argentino y otros sectores culturales se vieron afectados por las prohibiciones impulsadas por el presidente Juan Domingo Perón, en el caso de Niní Marshall fue incluida en la lista negra debido a que sus personajes contribuían a la deformación del idioma, además, en una de sus siguientes películas realizó algunas críticas sociales que no fueron bien vistas por el gobierno, por lo que le prohibieron continuar con su trabajo y fue así como decidió exiliarse para establecerse en México.
Durante su estancia en México, participó junto a grandes figuras de la comedia como Joaquín Pardavé, Fernando Soto “Mantequilla” y Germán Valdés “Tin Tan”, además, también colaboró junto a Jorge Negrete, Pedro Infante, María Félix, Arturo de Córdova, Dolores del Río y su compatriota Libertad Lamarque, quien fue su gran amiga y que se encontraba en condiciones políticas similares.
Algunas de las películas más recordadas de Niní Marshall en el Cine de Oro son “Una gallega baila mambo”, “La Alegre casada”, “Mi Campeón”, “Los enredos de una casada”, “Reportaje” y “Dios los cría”.
A finales de la década de 1950, Niní Marshall pudo regresar a Argentina donde retomó su carrera en el cine de aquel país, además, realizó giras por Estados Unidos, España y otros países, en las décadas de 1960 y 1970, la actriz realizó diferentes proyectos que tuvieron un éxito considerable y logró posicionarse de nueva cuenta como una de las actrices más importante de su país. A mediados de la década de 1980 publicó sus memorias y en los años siguientes recibió diversos homenajes y fue en uno de ellos donde dijo la frase que mejor resume su carrera, “Mi vida no es más que la de una señora de su casa que se hizo la graciosa”.
Niní Marshall falleció el 18 de marzo de 1996 a la edad de 92 años debido a una insuficiencia cardiaca, fue velada y homenajeada en el Teatro Nacional Cervantes, uno de los recintos culturales más importantes de Argentina.
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