Dentro de la época del Cine de Oro en México, una de las actrices que inmortalizó su nombre y trascendió en la historia es María Félix, quien también fue recordada como “La Doña”.
Otro de los nombres con el que María Félix fue inmortalizada fue bajo el apodo de “María Bonita”, quien era considerada una de las actrices más bellas de todos los tiempos en México, además de que brilló por su talento y capacidad para transmitir emociones a través de la gran pantalla.
María Félix fue una mujer reconocida a nivel internacional por formar parte de los íconos femeninos del cine de la Época de Oro, quien logró trascender barreras del éxito por sus peculiares rasgos físicos, considerados como una gran belleza, pero también por su distintivo carácter.
Sobre la carrera de Félix
Félix se concibió como una mujer empoderada, fuerte y recia de carácter, por lo que incluso fue apodada como “La Doña”; hasta la fecha, las nuevas generaciones la tienen presente como uno de los íconos más emblemáticos de México.
Al respecto de la vida privada de la actriz, hay poca información más allá de los hombres con los que estuvo; sin embargo, hay diversos hechos que hicieron que la mujer lograra destapar a lo largo de su carrera.
Las más de 40 películas que protagonizó, así como los diversos escándalos en los que estuvo inmersa, como sus cuatro matrimonios y cientos de romances fallidos la persiguen hasta la fecha.
Su participación en la pantalla grande
María Félix nació en el rancho El Quiriego, quien a una corta edad, se fue a vivir a Guadalajara donde ganó un concurso de belleza; se casó con Agustín Lara y con Jorge Negrete, actor del Cine de Oro Mexicano con quien filmó diversas cintas que siguen siendo recordadas hasta la fecha.
La famosa fue descubierta primeramente por el director Miguel Zacarías, quien buscó la manera de potenciar su talento en los escenarios y frente a las cámaras, siendo entonces su debut en 1942 en la pantalla grande participando en la cinta “El pelón de las ánimas”.
¿Qué estudió la famosa actriz?
Su popularidad y talento llegó a toda Latinoamérica y Europa, específicamente en Francia e Italia donde generó un gran cariño por parte de los directores, productores pero sobre todo por el público.
Fue años después de su carrera artística que el realizador Fernando Palacios la hizo estudiar Arte Dramático para prepararse aún más en el ámbito actoral y así lograr mejores interpretaciones en los escenarios, lo cual la llevó a tener su primer papel importante con Palacios en la cinta “La mujer sin alma” la cual fue lanzada en 1943.
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