Perú amaneció ayer con las banderas a media asta en señal de duelo nacional en honor al premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa, fallecido el domingo en Lima a los 89 años, mientras en las afueras de su vivienda la gente deposita flores.
Los restos del autor de obras consagradas de la literatura universal como Conversación en la catedral, su obra maestra, o La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo fueron velados en privado, por deseo expreso de Vargas Llosa, y fueron incinerados.
Por su parte, el Comité del Premio Nobel recordó que lo galardonó con el Nobel de Literatura en 2010 por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la revuelta y la derrota del individuo.
Mientras que la presidenta peruana Dina Boluarte acudió al velorio en la vivienda de la familia Vargas Llosa para dar el pésame a nombre del gobierno. Fue recibida por el hijo mayor del escritor, Álvaro Vargas Llosa. Un largo abrazo precedió el ingreso, rodeados de la seguridad presidencial y de periodistas.
"No tengo otra cosa que decir que Perú ha perdido a uno de sus mejores hombres, y nosotros a un ser infinitamente querido al que vamos a echar de menos", declaró el hijo de Vargas Llosa.
La familia no indicó la hora ni las causas del deceso, pero el laureado escritor tenía su salud resquebrajada desde que volvió a la capital peruana en 2024 tras dejar Madrid.

Fotos: AFP
Al velorio privado llegaron familiares y amigos. Una media docena de arreglos con flores blancas fueron dejados en el edificio ubicado en el barrio bohemio de Barranco frente al océano Pacífico.
En la noche, algunos admiradores se habían acercado al edificio, llevando sus obras en la mano y las librerías abrieron colocando en primer plano en sus vitrinas las obras del escritor y ofrecían con descuentos.
En el Colegio Militar Leoncio Prado, donde Vargas Llosa estudió y se ambienta la novela La Ciudad y los perros, los cadetes rindieron homenaje formando filas humanas con las iniciales del Nobel: MVLL.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó el deceso y dijo que “más allá de las diferencias políticas, siempre hay que reconocer la grandeza de un escritor”.
Al pésame se unió el mandatario francés Emmanuel Macron, quien en la red social X indicó que el escritor era un “genio de la literatura”; y el presidente español Pedro Sánchez lo “consideró un maestro universal de la palabra”. La UNESCO también rindió un homenaje y reconoció “su vida, su obra y su legado universal”.
(Con información de agencias).
EEZ