El reconocido músico y compositor Daniel Aspuru presenta Camino de Luces, un innovador proyecto que llevará música neoclásica y de vanguardia a las zonas marginadas de la Ciudad de México. Este ciclo de conciertos, que se desarrollará entre enero y junio de este año, será una oportunidad única para que los sectores vulnerables disfruten de una experiencia sonora inmersiva.
“En el área de la democratización cultural, este proyecto busca derribar las barreras que han mantenido a muchos jóvenes alejados de las artes. Las zonas periféricas de la capital enfrentan retos no sólo económicos, sino también culturales. Reconocemos que la cultura no debe ser un privilegio, sino un derecho”, señaló el compositor.
El proyecto, que consta de 12 conciertos gratuitos, se llevará a cabo en las sedes de La Red de Fábricas de Artes y Oficios (Faros) de Milpa Alta, Tláhuac, Miacatlán, Tecómitl, Tláhuac, Oriente, Cosmos y Azcapotzalco. Camino de Luces se caracteriza por un sistema de audio cuadrafónico que envuelve al público en una experiencia única. A través de instrumentos tradicionales como el piano, el violín y el violonchelo, junto a sonidos electrónicos contemporáneos.
Inspirado en el poder transformador de la música, Daniel Aspuru hace referencia a proyectos como el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, que ha demostrado cómo la música puede cambiar vidas y comunidades. En este sentido, el proyecto busca replicar esa influencia positiva en jóvenes y adolescentes que no tienen acceso a este tipo de experiencias culturales.
Además de los conciertos, los asistentes recibirán un catálogo con opciones educativas sobre música, con información sobre escuelas gratuitas y de bajo costo. Aspuru subraya que el propósito no solo es fomentar el disfrute de la música, sino también inspirar a los jóvenes a explorar su propio potencial artístico.
El proyecto cuenta con el apoyo de diversas instituciones, como el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Asociación Civil Culturalmente Responsable, que han facilitado la infraestructura necesaria para llevar la música a estos espacios de encuentro. Además, marcas como Casio y empresas como DV Technologies han sido parte fundamental apoyando con equipos de audio y la donación de instrumentos musicales para rifar entre los asistentes.
“Queremos que esta experiencia sea un punto de partida para que adolescentes y jóvenes se interesen en aprender música, expandan sus horizontes y puedan reflexionar sobre las posibilidades del arte”, comentó María Antonieta Peréz Orozco, directora de Vinculación Cultural de la Secretaría de Cultura.
Este ambicioso proyecto promete no solo ser una experiencia sonora única, sino un faro de esperanza y cambio social, demostrando que el arte tiene el poder de construir comunidades más fuertes y cohesionadas.
Por Shamady Omaña
EEZ