Cuando Mariana Morfín (2001) leyó por primera vez sobre el feminicidio de Fátima Quintana, las dudas surgieron de inmediato. Tenía 14 años y no alcanzaba a entender lo que había visto en el periódico: la noticia de una niña, de 12, a la que le gustaba la poesía y a la que le habían arrebatado la vida. “En 2019 me vuelvo a encontrar con el caso, pero de una forma diferente, en Instagram, la redescubro y leo todo lo que esta chica vivió y ahí como que me cae el 20. En ese momento me quedé helada, ya sabía que había feminicidios, pero no lo dimensionaba”, cuenta.
La historia inquietó tanto a Mariana que quiso conocer más y llegó con Lorena, la mamá de Fátima, a quien decidió entrevistar en busca de respuestas. Pero las cosas no fueron sencillas: “Me dio una ansiedad terrible, tuve que ver a un especialista, fue verdaderamente abrir los ojos. Antes sabía que pasaba, pero como que un poco me cubría, como que no quería acabar de enterarme”.
Entonces, encontró una salida en la literatura. “Toda mi vida fui muy lectora y también me encantaron las matemáticas desde que era chiquita, siempre estuvo esta lucha dentro de mí, de qué me gustaba más, pero hace algunos años empecé a leer literatura latinoamericana, en especial de denuncia social y me di cuenta del poder que tiene la literatura, del poder que tienen las palabras para hacer cambios”.
Así decidió iniciar la escritura de “Ya no quiero ser valiente” (Tusquets, 2024), en donde recrea la historia en torno a los feminicidios de Fátima, Mariana, Renata, Mäìchä Pamela, Jalix y Ana. “Para mí, el primer paso para eliminar esta situación es la conciencia social: la cosa es darnos cuenta de que existe un problema y que no son exageraciones, que verdaderamente existe”, piensa.
Mariana toma el título de su libro de una de las consignas más populares de la lucha feminista: “No quiero ser valiente, ¡quiero ser libre!”. Con su relato, la joven autora considera que puede ayudar a más personas a abrir los ojos sobre el tema: “No es justo hacerse de la vista gorda, ver otra noticia y no querer verla por salud mental, al final todas las mujeres nos encontramos cercanas a esto y propensas a que nos pase, necesitamos hacer conciencia; a mí me cayó el veinte cuando le puse nombre y apellido a las cifras. Entonces yo pensé que a más personas les iba a servir para abrir los ojos, ponerle nombre, apellido, cara, sueños a las cifras”.
La escritora, quien ahora compagina sus dos pasiones: las letras y las matemáticas (estudia Ingeniería mecatrónica) espera que los lectores de su libro no pasen inmunes: “Espero que a los lectores les duela, les duela el libro, espero que se enamoren de cada una de las historias, de cada una de las chicas a las que retrato, y que las historias se queden con ellas y con ellos, para que no nos olvidemos. Si a una persona le cae el veinte y comienza a hacer un cambio, a no permitir pequeños machismos, a no permitir violencia, creo que con eso se cumpliría el objetivo del libro”.
ELEMENTOS
- Desde pequeña Mariana Morfín desarrolló gusto por la lectura y las matemáticas.
- Sus autoras favoritas son Fernanda Melchor, Ximena Santaolalla o Dalia de la Cerda.
- También le gustan autores como Cristina Rivera Garza, Mario Vargas Llosa y Guillermo Arriaga.
Por Luis Carlos Sánchez
EEZ