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Abren Sala Buscadoras, un espacio para la empatía y la justicia

El 2 de septiembre, el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco inaugura la Sala Buscadoras, un espacio dentro del Memorial M68, para promover la empatía con las mujeres que luchan en todo el país para encontrar a sus desaparecidos

Abren Sala Buscadoras, un espacio para la empatía y la justicia
Foto: Cortesía CCUT

En 2018, el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco (CCUT) remodeló el Memorial M68 para dar cabida a otros movimientos sociales actuales relacionados con temas como el feminismo y la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero (2014). Así surgió un plan para crear la Sala Buscadoras.

De acuerdo con Jimena Jasso, coordinadora de este espacio, el objetivo es generar empatía con cientos de mujeres que luchan en todo el país para encontrar a sus seres queridos, dolorosa misión a la que se suma la violencia y la revictimización derivadas de los esfuerzos que realizan.

“Se trata de la remodelación de una de las salas del museo, anteriormente el espacio hablaba únicamente de la labor del Comité ¡Eureka!, una organización fundada por la activista Rosario Ibarra de Piedra (1927- 2022), que buscaba a los desaparecidos de los años 70”, contó.

(Créditos: Cortesía CCUT)

Ahora, Sala Buscadoras se divide en cuatro núcleos: el primero es una instalación que reproduce una oficina de gobierno donde se archivan las carpetas de los desaparecidos; el segunda es una pared que exhibe los sentimientos escritos de las madres durante los procesos que atraviesan; el tercero se trata de un muro de testimonios bordados; y, por último, hay una exposición de carteles”.

Los dos últimos, además, exhiben el arte de los colectivos Uniendo Esperanzas y Narrativas y Memorias, con quienes el CCUT lleva trabajando más de un año. “Intentamos que los asistentes empaticen con ellas y con su causa, pues, desde el inicio, las instancias de gobierno deshumanizan a los desaparecidos y los convierten en un número”, expresó.

Sobre la relación del arte con los movimientos sociales, contó que al igual que las actividades colectivas, “es capaz de potencializar los objetivos de los colectivos, así como lograr que sus búsquedas y mensajes lleguen a una mayor audiencia”.

Por último, dio a conocer que en la sala se llevarán a cabo diferentes activaciones de bordado, arte, performance y exhibición de fanzines en los que se escribirán memorias de los desaparecidos que van desde sus comidas favoritas hasta cartas escritas por sus familiares.

Respecto al Centro de Documentación Tlatelolco, que fue reabierto en junio de este año, Ander Aspiri, subdirector Académico del CCUTlatelolco, y José Espitia, jefe del Centro de Documentación —que ahora se encuentra a un costado del Memorial M68—, compartieron información sobre los fondos bajo su resguardo.

 “Actualmente el centro cuenta con cuatro fondos documentales: el M68, que resguarda archivos históricos, documentales, bibliográficos y hemerográficos de este movimiento estudiantil; el de Juan Acha (Perú 1916 – México 1995), especialista en el arte latinoamericano que vinculó la estética, el pensamiento estético y la práctica artística con intereses sociales y los movimientos revolucionarios; la biblioteca del investigador Rodolfo Stavenhagen, quien se especializó en antropología y arte; el acervo del Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística CLETA”, explicó Aspiri.

Mientras que José Espitia resaltó que la importancia del fondo "radica en el resguardo de la memoria, un derecho que las nuevas generaciones deben tener presente para conocer la historia reciente que ha marcado la vida de los mexicanos, así como la importancia de sus movimientos sociales".

Algunas de joyas del acervo que resguardan en el Centro de Documentación son libros del artista Joan Miró (pertenecientes al fondo Juan Acha); catálogos de exposiciones que ocurrieron en México en los años 80 y 90; una serie completa del programa de las Olimpiadas del 1968; y una edición de principios del siglo XX que contiene fragmentos del Códice Florentino entregada como regalo al expresidente Porfirio Díaz (1830-1915), por mencionar algunos.

  • En los últimos años el diseño, la ilustración y el bordado se han convertido en nuevas narrativas para crear vínculos, memoria, visibilidad y escucha.
  • Más de 10 mujeres de diferentes colectivos apoyaron con sus testimonios para la realización de la Sala Buscadoras.
  • 9 carteles del colectivo Narrativas y Memorias se exhiben.
  • 120 mil desaparecidos se han contabilizado en los últimos 10 años.
  • 11 mil materiales entre libros y documentos de diversa índole resguarda el fondo de Juan Acha.
  • 700 archivos tiene el fondo M68.
  • 600 archivos se resguardan en el fondo Rodolfo Stavenhagen.
  • 5 mil materiales en su mayoría carteles se resguardan del fondo Cleta.

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