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Sismos, inundaciones y cambio climático en la agenda económica

En los últimos años, el clima extremo y los desastres naturales se han presentado con mayor frecuencia y normalidad que lo que los pronósticos estadísticos han previsto.

Sismos, inundaciones y cambio climático en la agenda económica
Desastres naturales son costosos para México Foto: El Heraldo Media Group

Estos eventos están causando miles de pérdidas de vidas y daños económicos financieros cada año, lo que hace que la volatilidad climática sea un factor cada vez más importante en la agenda económica.

En el último año a nivel nacional se vieron afectadas, alrededor de 24,825 personas a consecuencia de desastres naturales (sismo, inundación, tormenta y ciclón), dejando un daño económico de más de $1,000 millones de dólares de acuerdo con datos de EM-DAT team de la Universidad Católica de Lovaina.

Consecuencias económicas por desastres naturales

Las consecuencias de los desastres naturales se extienden a la economía real provocando declive económico, pérdidas de empleos que dañan desproporcionadamente a las comunidades desfavorecidas, por lo que los estados deben de estar preparados mediante instrumentos financieros que les permitan atender con liquidez los efectos derivados.

En México han existido diversas medidas que han tenido como objetivo mitigar los impactos de los desastres naturales, pues México se ubica dentro de los 30 países más expuestos debido a su diversidad geográfica, pero son menores los esfuerzos para prevenir el cambio climático.

El costo de transicionar es elevado, más aún cuando existen problemas estructurales de relevancia en torno a las brechas de desigualdad, pobreza y educación en un contexto de crisis económica.

¿Para qué sirve el FONDEN? 

El ejemplo más claro es el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), cuyo objetivo era asegurar la disponibilidad de recursos inmediatamente después de la ocurrencia de un desastre natural; no obstante, la amenaza de una crisis mundial económica llevó a su extinción paulatina, evitando así incrementar la deuda pública, o bien, recurrir al aumento de las contribuciones.

Seguramente en un futuro se sustituirá el FONDEN por algún otro programa que mitigue los efectos post desastres, pero sin duda deberán ponerse en la mesa temas como la estructuración financiera de proyectos climáticos y de transición energética que busquen revertir los efectos del cambio climático y con ello, sus consecuencias.

Financiación climática es una solución

Se deben considerar toda una diversidad de puntos de vista como: financiación climática; ¿qué tanto un país en vías de desarrollo debe aplicar deuda a temas ambientales?; ¿impuestos al carbono?; ¿eliminar los subsidios a los combustibles fósiles?; sostenibilidad; seguridad alimentaria; el análisis de los cambios políticos necesarios y las dificultades que existen para la inversión pública y privada.

Siendo más meticulosos, en la esfera productiva se deben tomar en cuenta los distintos actores en la cadena de valor, ¿cuánto de nuestra producción es contaminante? En México, los sectores que mayormente contribuyen a las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero son las fuentes móviles, principalmente el autotransporte y las industrias de la energía, seguidas por el sector pecuario y las industrias de manufactura y construcción.

Para avanzar tenemos que aceptar que existe una presión estructural institucional para la creación de proyectos, por lo que el esfuerzo debe ser crucial. Una correcta movilización de los recursos en torno al acceso de servicios públicos con modelos de bajas emisiones, puede no sólo mejorar los resultados del desarrollo, si no también propiciar inversión, empleos y derrama económica.

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