Para mantener el bienestar de las personas en la Ciudad de México es necesario que se financié la infraestructura hidráulica, destacó Humberto Armenta González en su nuevo libro Financiamiento de la Infraestructura Hidráulica y la Gestión Hídrica en el Valle de México de la Constitución de 1824 a la de 1917.
En el documento publicado en enero de 2022, explicó que el financiamiento para construir y operar las grandes infraestructuras hidráulicas en el país, así como para llevar a cabo la administración del agua en su medio físico emanó, principalmente, de los fondos federales.
La construcción de infraestructura menor y las redes de tubos estuvo a cargo de las asignaciones presupuestales de los municipios y en ocasiones de los estados.
Además, señaló que la inversión para proveer los servicios públicos domiciliarios de agua potable y alcantarillado sanitario recayó en el cobro de los derechos municipales a los ciudadanos.
Esto debido a los riesgos que implica el hundimiento que registra la Ciudad de México por la extracción de agua del subsuelo.
“Por efecto del hundimiento regional, la mayor parte del área urbana de la Cuenca de México se volvió cada vez más vulnerable a hundirse en caso de fallas en el sistema de alcantarillado sanitario y del drenaje pluvial”, apuntó.
En su libro, Armenta González relató la historia de la infraestructura hidráulica, los antecedentes de su desarrollo en la Zona Metropolitana del Valle de México y en particular en lugares como Texcoco.
Además destacó los cambios que ha tenido la regulación y el marco jurídico que envuelve a estas obras, sensibles para el bienestar de la mayor ciudad del país.
PAL