Aun con la variante ómicron, sus efectos y recuperándose de su segundo contagio de COVID-19, el Presidente López Obrador asegura: “la economía mexicana sigue creciendo; estamos optimistas y pensamos que ya pasó lo peor y que vamos a seguir creciendo, se van a seguir creando empleos y vamos a seguir garantizando el bienestar de todos.
Pocos días después de que AMLO volviera de lo que él llama “su covidcito”, recomienda utilizar VapoRub como tratamiento. Mientras tanto, México está inmerso en un aumento de casos de coronavirus, las personas hacen filas para realizarse pruebas, tanto en centros públicos como en farmacias privadas.
Incluso se exhorta a asumir que se tiene la enfermedad ante los síntomas. Andrés Manuel y el subsecretario López-Gatell hacen hincapié en que es una enfermedad más leve para los vacunados. Si bien esto puede ser el caso, el número de contagios oficiales de México ha incrementado por más de diez desde diciembre, y cerca de 179 hospitales informan que más del 70% de sus camas están llenas, frente a las 75 de hace un mes.
Las disrupciones en la vida cotidiana y la economía son importantes. El pasado 6 de enero, 260 vuelos fueron cancelados debido a infecciones de los trabajadores de aerolíneas, quienes tuvieron que aislarse sin contar con personal disponible para reemplazarles.
En términos de empleo, de acuerdo con datos del IMSS para el 2021, en México se generaron 846 mil 416 empleos formales, cifra por debajo de la meta nacional de un millón 200 mil puestos. Lamentablemente, el número de empleos perdidos en diciembre de 2021 fue incluso mayor que en diciembre del 2020.
Los datos de puestos de trabajo generados nos hablan de la dinámica de recuperación del empleo después del severo brote de COVID en 2020. También es importante recordar que el sector informal representa el 56% del mercado laboral en México, y por tanto, carecen de un esquema de seguridad social y particularmente acceso a salud pública.
En el tercer trimestre de 2021, comparado con el mismo trimestre de 2020, la economía mostró un crecimiento de 4.68%, después de una contracción histórica en el PIB en 2020 (-8.4%). Después de cuatro trimestres consecutivos de recuperación posterior al golpe económico provocado por la pandemia, el tercer trimestre de 2021 reporta la primera disminución en el PIB.
Esto nos indica que el impulso de recuperación posterior al primer shock de la pandemia está llegando a su fin. Las proyecciones de crecimiento para México se han ido ajustando a la baja. Si bien la Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima un crecimiento de 4.1% para la economía mexicana, la CEPAL, el Banco Mundial, el IMEF, entre otros, sitúan la proyección por debajo del 3%.
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El ungüento no alivia la economía, la inversión sí
Es claro que México enfrenta dos grandes retos: un entorno de bajo crecimiento económico acompañado de una relativa elevada inflación particularmente persistente en los precios de alimentos, bebidas, tabaco y productos los agropecuarios como frutas y verduras, lo que es preocupante para los sectores más desfavorecidos de la sociedad. La inflación anual en 2021 fue del 7.4%, muy superior a la meta de 3% planteada por el Banco de México. Los más afectados por la inflación son los que menos tienen.
En 2021, México se benefició del impulso económico y subsidios otorgados en Estados Unidos. Sin embargo, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno federal gastó el 0.65 % del PIB en donaciones, mientras que el Brasil (de Bolsonaro) un 9% en Brasil y el 4 % en India.
Si bien esto puede tener un efecto positivo en el fisco, no lo es en la reactivación de la actividad económica y en las empresas que no han podido sobrevivir durante la pandemia. La falta de apoyo del gobierno a la creación de nuevas empresas a lo largo de la pandemia, y el entorno de incertidumbre para el sector privado, dificulta la creación de empleos formales y acceso al sistema de seguridad social para los muchos mexicanos que lo requieren.
De acuerdo con el diario británico, The Economist, el mundo no verá una repetición de la primavera de 2020, con caídas vertiginosas del PIB; la vida de personas, empresas y gobiernos se está adaptando a la “nueva normalidad” y el avance y capacidad en el desarrollo de vacunas y medicamentos es sorprendente. Aún así, el Ómicron, como las variantes anteriores y futuras del virus, es una amenaza para el crecimiento económico y una inflación controlada.
Pero la pandemia trae consigo también oportunidades. México es un actor importante en las cadenas de suministro globales y cada vez se mueve hacia procesos de mayor valor, ganando terreno a China en la relación comercial en sectores como el areoespacial.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China emprendida bajo la administración Trump, y diversos factores resultantes de la pandemia y la toma de decisiones por el gobierno chino, representan oportunidades valiosísimas para México. China ha visto cerradas sus fronteras, sus productos enfrentan mayores costos de flete por la pandemia, y ha emprendido una política de confinamiento estricto para su población.
Todo ello permite que México se posicione como una atractiva alternativa para los inversionistas que buscan cadenas más cortas para subministrar al mercado norteamericano y, a otros países con los que se han firmado tratados comerciales. Conclusión, necesitamos más inversión para reactivar la economía y, consecuentemente, decisiones consistentes y certidumbre jurídica para que México siga siendo siendo atractivo para los inversionistas e inversiones de calidad.
La inversión pública en infraestructura y servicios públicos serían un factor habilitante para que la inversión directa opte por venir a México. Acciones como la priorización de inversión en hidrocarburos, sin visión para fomentar cadenas más integradas, dinámicas y cortas, son más bien un Vick VapoRub como estrategia de crecimiento.
Por: María Elena Martínez Murillo, Consultora en desarrollo sostenible, Strategink. Maestra en Economía para el Desarrollo. Exbecaria Fulbright-García Robles.