La tortilla es uno de los alimentos más consumidos en México, por lo que cualquier cambio de precio de este producto afecta de manera considerable los bolsillos de los mexicanos.
De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), al menos el 94 por ciento de los habitantes del país consumen este tipo de comida y estima que además cada uno puede consumir hasta 144 kilogramos al año.
Desde enero de 1994, el precio de este recurso ha sido motivo de primeras planas, pues algunos diarios de la época marcaban un que la Profeco lamentaba la subida de costos de un peso a un peso con 30 centavos sin una autorización por parte del gobierno.
Pese a que se considera un producto meramente mexicano, el maíz con el que se crea este producto ha sido cultivado mayormente en Estados Unidos, según lo indicó Gerardo Reyes en "Incremento en los precios del maíz y la tortilla en México".
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El nuevo milenio trajo cambios preocupantes
De la fecha al año 2000 este producto aumentó su valor en cuatro veces. A partir de esa fecha, la cifra fue aumentando de manera sistemática.
En 2005 el costo llegó a los seis pesos con 50 centavos, mientras que en 2007 se disparó hasta el doble, pues dependiendo la zona, su valor ondeó entre los 10 y los 12 pesos.
Para 2010 el costo de la tortilla llegó a los 13 pesos con 80 centavos; cinco años después, éste llegó a los 15 pesos. Desde entonces, el precio de este alimento se ha ido estabilizando, pues el año pasado fue vendido de entre nueve a 18 pesos. Actualmente, la tortilla tiene un valor aproximado de 16 pesos, aunque se prevé que suba de manera considerable.
Los productores han asegurado que los costos de elaboración podrían ocasionar que este maíz procesado se venda hasta en 24 pesos, debido a las complicaciones derivadas del coronavirus que han tenido las empresas que producen los insumos para este cereal.
Esto significaría un incremento de valor de 23 veces del costo que se tenía por este producto en 1993, durante los últimos 28 años de consumo. Para muchas familias, el aumento podría significar dejar de alimentarse con tortillas.
GDM