A raíz de la pandemia de COVID-19, América Latina y el Caribe enfrentan una crisis educativa sin precedente que ha hecho que la pobreza educativa aumente más de 20 por ciento, advirtió el Banco Mundial.
Un reporte elaborado por el organismo, refiere que la “pobreza de aprendizaje”, se define como el porcentaje de niños de 10 años incapaces de leer y comprender un relato simple, con la crisis ésta podría haber crecido más de 20 por ciento, al pasar de una tasa de 51 a 62.5 por ciento, lo que podría equivaler a 7.6 millones adicionales de niños y niñas en educación primaria “pobres de aprendizaje” en la región.
El Banco Mundial advierte que tras un año de pandemia alrededor de 120 millones de niños en edad escolar habían perdido o corrían el riesgo de perder un año completo presencial del calendario escolar, con graves impactos educativos.
Además, tras 10 meses (un año escolar) sin clases, 71 por ciento de los estudiantes de los primeros años de la escuela secundaria pueden no ser capaces de comprender adecuadamente un texto de moderada extensión. Antes de la pandemia la cifra era de 55 por ciento, y si los colegios permanecen cerrados por otros tres meses, el porcentaje ascendería a 77 por ciento.
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La pérdida de educación, capital humano y productividad se podría traducir en una caída de ingresos agregados a nivel regional de 1.7 billones de dólares.
El organismo insta a los gobiernos a ejecutar políticas enfocadas a garantizar que la reapertura de las escuelas alcance a todos los niños en edad escolar, creando las condiciones para una educación híbrida efectiva, en la que coexistan.
El golpe educativo en la región es muy fuerte debido a las condiciones económicas, pues menos del 43 por ciento de las escuelas primarias y menos del 62 por ciento de los colegios secundarios tienen acceso a internet con fines pedagógicos.
“Una reapertura efectiva requiere decisiones importantes tanto en lo administrativo como en lo pedagógico”, señaló Emanuela Di Gropello, una de las autoras principales del informe y líder de práctica para la educación del Banco Mundial en América Latina y el Caribe.
La región, de la cual forma parte México, tiene el gran reto de construir sistemas educativos que sean más inclusivos, efectivos y resilientes.
Por Laura Quintero
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