Para enfrentar la crisis causada por el COVID-19, los mexicanos apostaron por emprender un negocio ante las limitadas oportunidades para encontrar empleo y los bajos salarios de contratación que existen en el país.
De los establecimientos que abrieron en los últimos 17 meses, 99.2 por ciento fue microempresa, es decir, un negocio o changarro (como algunos los denominan) con entre uno y 10 empleados, según datos del Inegi.
“Esta cifra refleja que detrás de la mayoría de los negocios que surgieron hay una persona, una pareja o una familia que decidió poner un negocio y autoemplearse para sortear la crisis”, comentó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económicos (Idic).
De mayo de 2019 a septiembre de este año nacieron 619 mil 443 unidades económicas, que dieron empleo a 1.23 millones de personas.
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De éstas, 614 mil 766 fueron microempresas, que generaron prácticamente la mayoría de los nuevos trabajos, con dos personas por establecimiento, en promedio.
Ernestina Ramírez es una de esas personas. Laboraba en una empresa de limpieza, pero se quedó sin trabajo en junio, por lo que se vio en la necesidad de emprender y asociarse con una amiga para vender comida a domicilio.
De los negocios que nacieron, 51.5 por ciento se concentró en el sector comercio y 39.7 por ciento, en servicios privados no financieros.
“La válvula de escape de esta crisis laboral es el empleo informal, el negocio familiar, que te permite obtener ingresos relativamente rápidos en comparación con la búsqueda de un trabajo formal”, comentó Elías Micha, director de TallentíaMX.
De acuerdo con Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, en el país hay 11.7 millones de personas disponibles para trabajar, pero sin empleo. A ello se suma que las contrataciones laborales se reactivaron con salarios hasta 20 por ciento menores a los observados previo a la pandemia, según OCC México.
Por Fernando Franco